Diariamente, por el puente internacional Simón Bolívar que une a Villa del Rosario (Colombia) con San Antonio del Táchira (Venezuela), cruzan más de 40.000 venezolanos en busca de comida y medicinas, debido a la escasez de estos productos en el vecino país, reseñó La Opinión.
Esta situación es muy alarmante para David Beasley, el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de Naciones Unidas (ONU), quien estuvo durante dos días de esta semana en Norte de Santander; uno de los puntos que recorrió fue este paso binacional, en donde conversó con los extranjeros.
Sostuvo que quienes huyen de Venezuela necesitan ayuda humanitaria con urgencia y que la situación en la frontera “es una catástrofe, un desastre humanitario absoluto”.
“Basándonos en lo que oímos, anticiparía que esto va a ir a mucho peor… Estamos hablando de la posibilidad de desestabilizar la región”, sentenció.
David Beasley lamentó que la ONU no pueda trabajar en territorio venezolano, por negativa del gobierno de Nicolás Maduro. Por esta razón, el director ejecutivo del PMA acudirá a los donantes internacionales para que den ayuda financiera a Colombia, pues este país es al que está llegando la mayoría de los quienes salen de la nación petrolera.
“La gente por todo el mundo no se da cuenta de lo mala que es la situación (en la frontera) y cuánto peor puede ser”, agregó. Sobre los relatos de algunos inmigrantes, manifestó que hay historias muy “desgarradoras”.
“Escuchar a madres como una que me contó que estuvo con su bebé en un hospital en el que no había comida o medicinas. Su niña tenía neumonía. Durante los cinco días que estuvo allí, diez niños murieron. Por eso se llevó a su hija del hospital para que sobreviviera, sabiendo que no iba a obtener ninguna ayuda”.
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