El boxeador venezolano Yeison Cohen, que estaba en estado de coma luego de un combate en Barranquilla (norte), falleció este sábado en la Clínica General del Norte, donde se hallaba recluido desde hacía dos semanas.
Cohen, cuyo deceso ocurrió a las 8:30 locales (13:30 GMT) de este sábado, ingresó el viernes 2 de marzo de 2018 luego de su traslado inmediato desde el Hotel del Prado, lugar en que se produjo la pelea ante el colombiano Hugo Berrío.
“En la madrugada del día de hoy, el paciente presentó un colapso hemodinámico que a pesar del soporte multisistemico y la reanimación cardiocerebropulmonar avanzada que se le practicó, el paciente no respondió”, según comunicó la Clínica General del Norte.
De acuerdo a la institución médica, Cohen estaba “en la unidad de cuidados intensivos con un diagnóstico crítico reservado debido a una inflamación cerebral severa y un hematoma cerebral del lado izquierdo por el que se le practicó una craneotomía descompresiva con drenaje de un hematoma subdural traumático”.
La información añade que el peleador venezolano estuvo 15 días en la unidad de cuidados intensivos de la clínica “tiempo durante el cual se le brindó todo el soporte multisistémico, ventilatorio, nutricional y antibiótico”.
Añadió que “el paciente nunca tuvo recuperación neurológica, siempre se mantuvo en coma con una evolución tórpida (con dificultad)”.
Cohen, de 26 años y natural de la ciudad venezolana de Maracaibo, tenía un récord de once peleas de las cuales había ganado dos, perdido ocho y empatado una.
Luego de que Cohen se desplomara en la lona y fuera trasladado a la clínica, el secretario de Gobierno de la alcaldía de Barranquilla, Clemente Fajardo, declaró ante la prensa que la velada boxística no contó con los permisos exigidos por las autoridades locales.
Otro de los aspectos que está siendo investigado es que para poder pelear, Cohen habría cruzado la frontera hacia Colombia de manera irregular y que no reportó que días atrás fue golpeado en la cabeza con un garrote cuando intervino en una disputa callejera en Maracaibo. EFE