Unos 110 millones de rusos viven hoy la jornada de reflexión previa a las elecciones presidenciales de mañana, domingo, en las que se da por descontada la victoria del actual presidente, Vladímir Putin, y la única incógnita es el margen con el que se impondrá a sus rivales.
Según todos los sondeos, el mandatario ruso rozará el respaldo del 70 % de los electores, un resultado histórico para el inquilino del Kremlin, que en lugar de sufrir desgaste, gana apoyos en todo el país pese a sus 18 años en el poder.
Elegido por primera vez en 2000, fue reelegido en 2004 y 2012, con un paréntesis de cuatro años como primer ministro (2008-2012), al que se vio forzado para cumplir con la Constitución rusa, que prohíbe encadenar más de dos mandatos consecutivos en la Presidencia.
En segundo lugar en intención de voto se sitúa el candidato comunista, el millonario estalinista Pável Grudinin, con un 7 %, seguido por el veterano líder ultranacionalista, Vladímir Zhirinovski, con un 6 %.
Otra incógnita son los niveles de participación, ya que en las legislativas de 2016 la abstención superó el 50 % del electorado, algo que el Kremlin quiere evitar a toda costa este domingo.
El oficialismo ha volcado todo su potencial propagandístico en una campaña informativa sin precedentes para llamar a los ciudadanos a las urnas, a fin de lograr una alta participación que legitime la reelección de Putin para un nuevo mandato de seis años.
La CEC se ha preocupado en facilitar que todos los electores que no se encuentren en sus lugares habituales de residencia puedan votar mañana en cualquier parte del país o incluso en el extranjero.
Casi 6 millones de votantes han atendido a la campaña informativa desplegada en este sentido y han solicitado votar en colegios electorales que no les corresponden, informó hoy la jefa del Comité Electoral Central (CEC), Ela Panfílova.
En el inmenso territorio de Rusia, con once husos horarios, los primeros colegios abrirán a las 20.00 GMT de este sábado en la península de Chukotka, en el lejano oriente ruso, y cerrarán el domingo a las 18.00 GMT en el enclave de Kaliningrado, el punto más occidental.
La votación se llevará a cabo en más de 97.000 colegios en Rusia y otros 400 en 145 países de todo el planeta, aunque los rusos que viven en Ucrania no podrán ejercer su derecho a voto.
El Gobierno de ese país ha anunciado que no les permitirá acceder a las legaciones diplomáticas rusas en su territorio, donde abrirá sus colegios electorales Moscú, ya que considera a Rusia un “país agresor” y sus elecciones presidenciales “ilegales”.
Donde sí habrá votación es en Crimea, que participará por primera vez en presidenciales rusas y lo hará en el cuarto aniversario de la anexión de la península ucraniana por parte de Moscú.
Kiev ha advertido a los ciudadanos de ese territorio -que considera ocupado y que no renuncia a recuperar- de que aquellos que ayuden en la promoción y organización de los comicios serán perseguidos penalmente en Ucrania.
El Gobierno ucraniano ya ha elaborado una lista negra con los nombres de los crimeos acusados de estos “delitos” y pedirá a la Unión Europea que les sancione con la prohibición de entrar en el territorio de los Veintiocho.
Los primeros resultados oficiales de la jornada electoral se conocerán al cierre de los colegios en Kaliningrado, toda vez que a esa hora el recuento de los votos ya llevará varias horas en otras partes del país.
A la misma hora se difundirán las encuestas a pie de urnas, que ofrecerán una idea de los resultados definitivos de la votación.
Además de fomentar una alta participación, el Kremlin quiere evitar cualquier duda sobre la limpieza del proceso electoral y prevenir un fraude como el que provocó en 2011 las mayores protestas antigubernamentales desde la caída de la URSS.
“Garantizamos el voto secreto, pero no temáis avisarnos e informar de los malos dirigentes. Reaccionaremos inmediatamente y todas las pruebas serán enviadas enseguida al fiscal general”, se dirigió hoy a los rusos la jefa de la CEC, que llamó a los ciudadanos a no tener miedo para expresarse en las urnas.
La CEC teme como al fuego que se repitan resultados como los que se dieron en las elecciones parlamentarias de 2011 en de Chechenia.
Entonces, el partido oficialista Rusia Unida (RU) recibió el 99,48 de los votos en esa región del Cáucaso Norte ruso, donde según datos oficiales votaron el 99,51 por ciento de los electores censados.
“Queridos ciudadanos, no temáis a nadie. No creáis a funcionarios insignificantes que intentan mejorar los resultados en pro de sus propios intereses”, dijo Panfílova en una entrevista difundida por el canal estatal Rossia.
El líder opositor ruso Alexéi Navalni, vetado para concurrir a las elecciones de mañana, enviará 53 observadores a Chechenia.
“Estará muy bien que gente no relacionadas con las autoridades locales y que no dependen de ellas puedan ver con sus propios ojos la participación del 99 %” de los chechenes en la votación, anunció la página web de Navalni.
Panfílova asumió personalmente “una responsabilidad extra” para garantizar que los observadores de Navalni puedan cumplir con su derecho constitucional en esa conflictiva región. EFE