¿Quién no ha subido una selfie a sus redes sociales? Si estrenamos look o vestido y nos vemos radiantes, ¿por qué no compartirlo? La mala noticia es que, pese a que pareciera una práctica inofensiva, la ciencia ha descubierto que las selfies pueden convertirse en una pesadilla en cuestiones del amor…
Investigadores de la Pontificia Universidad Católica, de Chile, y de la Universidad de Boston, Estados Unidos, afirman que las selfies pueden determinar si una relación funciona o no.
¿La razón? La mayoría de las personas encuentra incómodo que su pareja comparta selfies en las que se ve bien, pues les genera celos, sobre todo si esta foto recibe comentarios del sexo opuesto o muchos “likes”.
En cuanto a la contraparte, al ser señalada o cuestionada por subir selfies, empieza a experimentar molestia por no sentirse libre de postear lo que desea en sus redes sociales. Lo anterior, propicia un ambiente de descontento y tensión entre la pareja.
A esto hay que agragar el hecho de que la parte “anti selfies” tenga la impresión de que su otra mitad finge ser alguien que no es, a través de las imágenes que comparte y, como reacción, demande que se muestre tal y como le conoce.
Además, las selfies son interpretadas como un acto egoísta, pues al momento de publicarlas, la persona retratada da prioridad a sus necesidades y no se toma un momento para pensar en los sentimientos de inconformidad que puede desatar en su pareja.
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