La revolución sigue haciendo su trabajo…
La situación política, social y económica por la que atraviesa Venezuela no es secreto para nadie, afecta de sobremanera a los ciudadanos, y con el transcurrir de los años contagia inclusive a esos personajes importantes que forman parte de la raíz de un gobierno que, sigue pataleando debajo de las aguas para alcanzar la superficie y no ahogarse.
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Puede que algunos de ellos hayan sido visitados por un tipo de iluminación religiosa utópica que ha encarrilado sus vidas, pero en la política venezolana lamentablemente las cosas no suceden de esa manera, muchos funcionan en base a intereses (de poder mayormente) y cuando se ven amenazados, la opción fácil es anticiparse a los “movimientos del enemigo”.
Así ha actuado el régimen desde el principio de su gestión, demostrando que diariamente carecen de memoria, dejando a un lado hasta a sus propios “camaradas”.
Para entrar en contexto, debido a ciertos percances entre el seno de la cúpula madurista y la Fuerza Armada Nacional, muchas piezas de la embarcación chavista han decidido lanzarse del barco en busca de una “posible” redención y salvación.
Pero Maduro y su gente no quisieron dejarlo así: Tal como han hecho con figuras de la oposición, los oficialistas comenzaron una cacería de brujas para capturar a su propia gente.
En este proceso influyen muchos factores sentimentales, si caben en el contexto, claro está.
Con Vladimir Padrino López como una de las cabezas visibles de la FAN, la cetrería enfiló un camino agudo: El pasado martes 13 de marzo, efectivos del Sebin detuvieron al ex ministro de Interior, Miguel Rodríguez Torres en las afueras del Hotel President en Caracas.
Sí, por el Sebin, curiosamente, el organismo de seguridad fundado por el también Mayor General del Ejército.
Pero detrás la captura: ¿Qué fue de aquella amistad que se profesaban los “soldados patrióticos” no hace mucho tiempo?
En una nota de prensa emitida en julio de 2014 por la Gobernación de Carabobo, que aquel entonces estaba bajo la responsabilidad del Teniente Coronel Francisco Ameliach, se resaltó la reunión de la promoción “General Juan Gómez Mireles” de la Academia del Ejército venezolano en 1984, en donde estuvieron presentes figuras importantes del chavismo como Padrino López, Carmen Meléndez y el mismísimo Rodríguez Torres.
“Somos un ejemplo de hermandad, de disciplina, de compromiso con la patria, de profesionalismo”, aseveró el actual ministro de defensa en la cita militar en ese entonces.
Posteriormente a la captura de Torres, el titular en Defensa manifestó que “las acciones criminales planificadas por este señor y sus cómplices incluían actos armados y conspiraciones contra nuestra Constitución”.
Quedó en evidencia que lo que el honor militar unió, la política madurista reventó.