Increíble pero cierto. Cuando somos requeridos por amigos y relacionados del mundo entero sobre lo que sucede en Venezuela, somos lo más concisos posible. Evitamos lo que pueda generar dudas. Eliminamos toda dosis que pueda parecer especulativa. Nos centramos en lo indiscutible. Sin embargo, por las repreguntas que nos hacen y por las exclamaciones que cada rato acompañan a los comentarios, pareciera que piensan que exageramos porque sencillamente “esto no puede ser”. Nos viene a la mente aquel refrán andaluz atribuido a uno de sus famosos toreros cuando supuestamente dijo: “lo que no puede ser no será y si llega a ser, es imposible”. Este es el caso de la Venezuela actual.
La semana pasada fue para la historia de la mediocridad y del absurdo. Escuché a la presidenta de la fraudulenta constituyente gubernamental promoviendo la inexistente moneda conocida como “petro” como alternativa mundial frente al dólar que, según ella, no existe. “Es un fantasma” sin nada que lo sostenga mientras que el petro nuestro tiene el respaldo de las mayores reservas petroleras del planeta, El mundo empieza a pelearse por su adquisición provocando el miedo pavoroso de Trump, el desconcierto del imperio y, por supuesto, la sustitución del calumniado dólar por esta cosa que llaman petro, quizás inspirados por el candidato presidencial colombiano quien, por sus antecedentes y propósitos, ha estado muy próximo en todas las épocas a este régimen del socialismo del siglo XXI.
Pero si esto es grave, mucho más han sido los anuncios del régimen con relación a la política económica, financiera y monetaria que entrará en vigor a principios de junio. Acabaron con el Bolívar histórico. La imperdonable devaluación decretada para provocar el nacimiento del mal llamado “bolívar fuerte” y su definitivo entierro para darle paso a una cosa llamada “bolívar soberano”, sumado a las insólitas maniobras para imponer nacionalmente al petro como moneda de cambio, terminan por tratar de apagar el incendio con más y más gasolina.
Todos los economistas serios del país y los más destacados analistas del mundo se han pronunciado en términos categóricos. No dejan lugar a ninguna duda, con excepción de la intencionalidad de las mismas. No saben bien si se trata de un régimen dominado por incapaces, mediocres y corrompidos o si, por el contrario, estamos en presencia de unas medidas ideologizadas en grado superlativo, ejecutadas a plena conciencia, para profundizar en el control absoluto del país, empobrecer dramáticamente a la nación y poner a todas las personas, naturales y jurídicas, a depender del estado-gobierno. El peligro adicional está vinculado a la incapacidad y corruptelas tan propias de los mismos.
Mientras tanto continúa la represión civil y policial para acallar el ruido de la rebelión nacional en pleno desarrollo. Nuestra solidaridad total con los presos políticos, viejos y nuevos, civiles y militares. El cambio es inminente.
@osalpaz