Al menos 24 personas fueron detenidas este martes en una operación contra la criminalidad que movilizó a 3.400 miembros del Ejército y 500 policías en Río de Janeiro, la mayor ya realizada desde que la seguridad pública de este estado brasileño sufrió una intervención militar en febrero pasado.
Los militares cercaron desde la madrugada de este martes el complejo de Lins de Vasconcelos, un conjunto de favelas en la zona norte de Río, en una operación destinada a combatir bandas dedicadas al robo de cargas, informó la Secretaría regional de Seguridad Pública en un comunicado.
El cerco, que incluyó el bloqueo de importantes vías, permitió que los policías ingresaran al conjunto de favelas para cumplir órdenes de captura expedidas por diferentes jueces.
De acuerdo con un balance divulgado al final del día por el Comando Militar del Este, la operación permitió la captura de 24 personas, 16 de las cuales contra las que había órdenes de arresto y 8 sorprendidas en flagrante por narcotráfico y porte ilegal de armas.
“También fueron decomisados 10 kilos de marihuana, una vasta cantidad de cocaína y crack, dos pistolas, un revólver, municiones, ocho radios de comunicación, 10 automóviles y 11 motocicletas usadas por los narcotraficantes de la localidad”, según el balance.
Durante la operación un grupo de militares retiró de las calles barricadas montadas por bandas de narcotraficantes con bloques de cemento y vigas de acero para impedirle el paso de las autoridades.
La operación contó con el apoyo de vehículos blindados del Ejército, de maquinaria pesada para la destrucción de las barricadas y de aeronaves de la Fuerza Aérea que ayudaron en el control del espacio aéreo y la vigilancia de posibles movimientos sospechosos.
Los primeros agentes en ingresar en el conjunto de favelas, los miembros de la Coordinadora de Recursos Especiales de la Policía Militarizada (Core), fueron recibidos a balazos por pistoleros que controlan las barriadas, pero el uso de los blindados les permitió avanzar sin riesgo por las comunidades y, tras un tiroteo de 15 minutos, poner en fuga a los atacantes.
Durante gran parte de la operación el Ejército interrumpió el tránsito de vehículos en los dos sentidos por la Autopista Grajaú-Jacarepaguá, una importante vía que comunica las zonas oeste y norte de Río de Janeiro.
Pese a que el complejo de Lins de Vasconcelos cuenta con una unidad policial desde 2013, cuando una operación del Ejército permitió expulsar a los narcotraficantes que controlaban las comunidades entonces y que la Policía construyera su base de operaciones, la región es considerada como uno de los principales depósitos de mercancías robadas de Río de Janeiro.
El año pasado el Ejército también apoyó a la Policía en una operación en Lins de Vasconcelos destinada a combatir el robo de cargas y el narcotráfico.
El Ejército también apoyó este martes, con 220 militares, una operación de la Administración Penitenciaria de Río de Janeiro para inspeccionar una de las unidades del complejo carcelario de Bangú, el mayor de esta ciudad.
En una operación de inspección semejante en febrero pasado en una penitenciaría de Japerí, los miembros de las Fuerzas Armadas hallaron 48 teléfonos móviles, 205 envoltorios con cocaína y 151 con marihuana.
Las operaciones fueron realizadas en el marco de la intervención del Ejército en la seguridad pública de Río decretada por el Gobierno brasileño el 16 de febrero y que dejó esta área bajo control y comando de las Fuerzas Armadas.
La intervención en la seguridad de Río, una medida inédita desde la promulgación de la constitución de 1988 y que recibió un amplio respaldo en el Congreso, busca frenar la ola de violencia que el año pasado causó 6.731 muertes, entre las que se cuentan las de más de 100 policías y diez niños alcanzados por balas perdidas.
Las Fuerzas Armadas, que desde la intervención han realizado diversas operaciones en favelas aunque sin entrar en el combate directo a la criminalidad, no han conseguido hasta ahora poner fin a la violencia que vive la ciudad desde que organizó los Juegos Olímpicos de 2016.
Tan sólo el pasado fin de semana 14 personas murieron en una operación policial en Rocinha, la mayor favela de Río de Janeiro, y en un ataque de milicianos (parapoliciales) a jóvenes que estaban en un conjunto de habitaciones populares en la región de Maricá.
EFE