Todo lo que mira Miguel Prypchan se transforma en geometría, en formas poligonales capaces de traducir la naturaleza a través de un lenguaje que el artista ha ido configurando desde sus inicios en las artes visuales. Así lo reseña eluniversal.com
Por Juan Antonio González
Primero fue el Ávila, al que este escultor, nacido en Caracas en 1974, representó a partir de su decidida necesidad de no ser figurativo; luego siguieron otras montañas y algunos tepuyes –el Autana, el Roraima, la cordillera de los Andes, el Mont Blanc, en los Alpes que unen a Francia e Italia–, después los caballos y finalmente, las esculturas que no guardan una relación directa con lo observado por él, sino con esas formas que se van engranando en su cabeza hasta que son plasmadas en hierro, aluminio o madera.
Catorce de esas obras recientes se expondrán desde el viernes y hasta el 20 de julio en el Museum of Geometric and MADI Art de Dallas, Texas, en Estados Unidos. La muestra, titulada Infinito geométrico, reúne piezas surgidas bajo la mirada del abstraccionismo, la luz, los ángulos, la perspectiva y el constructivismo. Es también el nombre de una pieza de Prypchan que, según dice el artista, interpreta el infinito con pura geometría, “con esa sucesión de líneas y puntos, aunados a los volúmenes y a la técnica de la pintura, que yo llamo iridiscencia”.
La oportunidad de exponer en el Museum of Geometric and MADI Art surgió el año pasado cuando Prypchan postuló una pieza para la Bienal de Arte Geométrico que organiza la institución estadounidense. La obra no solo quedó como finalista, sino que pasó a formar parte de la colección del museo.
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