Por: Rafael Acevedo y Hugo Faría
Las recientes declaraciones del Vice-Presidente de los Estados Unidos, Mike Pence, que aún está sobre la mesa la opción militar para erradicar la desgracia que está sufriendo la sociedad Venezolana ocasionada por el régimen narcoterrorista (el calificativo es nuestro), a puesto nuevamente a temblar a más de un PSUVista y por supuesto a los colaboracionistas de profesión, es decir a los cogollos de la MUD, socialistas, comunistas y demás grupúsculos que se hacen llamar partidos políticos de oposición.
El ciudadano común está claro en Venezuela. La crisis no se solventará de una manera “democrática”, cualquier “elección” que se haga, sea este 20 de Mayo o en Diciembre, con observación internacional o no, limpiando la data y directorio del CNE o cualquier otra cosa que “pacten” para tratar de hacer más creíble la farsa, será una burla a la esperanza, otra más, de una sociedad que cada día siente morir la posibilidad de ser verdaderamente libre, de ostentar esa libertad que, como se evidencia en el libro “Causas y causantes del desastre económico en Venezuela” editado por Econintech, NUNCA disfrutó.
No existen antecedentes que sustenten la salida democrática o por medio de votos de una dictadura comunista. El comunismo, última etapa del socialismo, se encarga de infiltrar todas las instituciones para de esa manera tener potestad y libertad de alterar cualquier proceso electoral y con una destreza que en la mayoría de los casos permite validarse ante el mundo. Su estrategia para perpetuarse en el poder es la fuerza, coacción y represión a los ciudadanos, su mejor forma de esclavizarlos es apoderándose y administrando, a su criterio, las posibilidades de satisfacer las necesidades básicas de los individuos. En fin, el comunismo no es posible erradicarlo por una simple contienda electoral.
Por otro lado tenemos el sesgo, la mentira, que han sembrado en la cultura Latino-Americana los comunistas y socialistas. Los Estados Unidos de América dista de ser esa potencia colonizadora que tanto hablan los adeptos a esas tendencias políticas. Es más, el gobierno Norte-Americano siempre ha tenido una gran presión por parte de sus ciudadanos para salir lo más pronto de los países en los que han prestado ayuda militar y en ocasiones lo hacen prematuramente como en el caso de Irak. A lo largo del siglo XX se ha demostrado que Estados Unidos después de pacificar y lograr la reconstrucción de las instituciones del país al que se le presta la ayuda, se ha retirado como en el caso de Alemania, Japón, Korea del Sur y otros más.
Muchos alegan que la ayuda que presta el país del norte no es gratuita y que obliga a los países que ayuda a ceder parte de su “soberanía” lo cual también es falso. Es cierto que en los países arriba nombrados hay bases militares americanas pero por la sencilla razón de que los ciudadanos y gobiernos de esos países no quieren que los norte-americanos saquen sus bases de sus territorios, entendieron a punta de guerra, sangre, hambre y muerte que es más peligroso no tener un aliado dentro de su territorio velando mutuamente por su paz, seguridad y libertad, claro salvo los activistas del socialismo y comunismo que no las quieren. Otra mentira es que Estados Unidos ve a los demás países como sus esclavos o inferiores, basta con ver y analizar la relación que actualmente tiene con Korea del Sur para darse cuenta que se consideran socios estratégicos y así con los demás países.
Por supuesto que existe un beneficio para Estados Unidos y todos los demás países que intervengan en la ayuda militar internacional que le urge a Venezuela. Primeramente se elimina un cáncer fulminante que es el socialismo del siglo XXI, una fuente de desestabilización política-social de alcance regional que ha infectado países como Ecuador, Colombia, Brasil, Argentina, entre otros y hasta ha tenido ciertos conatos en el coloso del norte (por ejemplo los millenials apoyando a un Bernie Sanders). Por tanto quienes apoyen esta intervención están plenamente justificados ya que es para defender sus propios países ante la exportación de la inestabilidad y el comunismo que ha venido haciendo Venezuela en los últimos años.
Finalmente se debe resaltar que el liderazgo de esta intervención indiscutiblemente tiene que ser de los Estados Unidos, esto permitirá mantener un control de los demás participantes. Es decir, el “big brother” monitoreando que al Venezuela estar en una situación vulnerable ante países extranjeros, estos no quieran aprovecharse y hacerse o “adueñarse” de lo que no le corresponde y que en muchas ocasiones históricamente tanto han deseado. Recordemos que el único beneficio instantáneo de los países que presten ayuda será eliminar la exportación de la inestabilidad comunista. El resto de los beneficios corresponde a una post-intervención bajo un Gobierno de transición con observación internacional que reconstruya una nueva Venezuela sobre el pilar del respeto inalienable de los derechos naturales y la apertura plena y total a una economía de mercado empezando por la eliminación del curso forzoso de cualquier moneda. Pero eso será tema de otro artículo.