Vuelvo al mismo tema que abordé el 13 de Octubre de 2017, a dos días de las elecciones de gobernadores del año pasado (ver Abstención en tiempos de colaboracionismo, enhttp://ticsddhh.blogspot.com/2017/10/abstencion-en-tiempos-de.html) porque creo que con diferentes escenarios se está presentando la misma circunstancia. Decía el año pasado: Colocar en contraposición a aquellos que desean votar con aquellos que no lo desean por las razones internacionales antes expuestas es por decir lo menos, un acto de miseria y de manipulación abyecta de una oposición colaboracionista que necesita de esos votos a como de lugar con unos propósitos que van en la misma dirección que los propósitos del régimen: la supervivencia.
Ahora a dos días de las elecciones del 20 de Mayo de 2018, ¿ha cambiado en algo el propósito de los actores políticos de enfrentar a los venezolanos por una falsa disyuntiva entre votar y no votar? Pareciera que no se ha aprendido nada de lo que paso después del 15 de Octubre de 2017. La gobernadora electa del Táchira que se arrodilló ante la ilegitima Constituyente de Maduro, tuvo en la práctica el mismo destino que el gobernador electo del Zulia que se negó a hacerlo: ambos en la práctica no están gobernando sus entidades federales.
¿Votar en dictadura? ¿Qué significa eso? Eso es lo que debe preguntarse realmente el venezolano. O lo resolvemos, o seguiremos engañándonos en la fantasía de que un régimen como el que hay en Venezuela “entregará” el poder porque los votos ordenaron. Poco a poco la dirigencia política ha ido comprendiendo eso que la comunidad internacional entendió después de cientos de muertos en las calles, y que los políticos de la MUD todavía no acaban de entender por más que ahora digan que no van a las elecciones del 20M “por falta de condiciones electorales”.
¡Qué condiciones electorales, por Dios! Hasta la Conferencia Episcopal Venezolana ha caído en esa trampa luego de una claridad meridiana acerca de la naturaleza del régimen. Exigirle elecciones auténticas a este régimen es como exigirle manzanas a una mata de mango. Y si las hubieran, lo que sería un completo absurdo por el carácter autoritario del régimen, todavía está sin resolver el problema de una Constituyente ilegitima que impedirá el cambio del poder. Toda una trampa sin salida.
Ustedes dirán: entonces lo que tú quieres es que nos coma el tigre. No, lo que yo quiero –y desde hace muchos años-, es que todos rememos en el mismo sentido y para el mismo lugar, aunque tengamos diferencias. No que unos venezolanos digan que van a votar porque los colaboracionistas pagados por el régimen les ofrecen la fantasía de Disney de la vuelta a la democracia por los votos, y otros digan que no votarán esperando que por alguna razón inexplicable el régimen se vaya solo. Ambas posturas son un engaño a la población. Y en esas posiciones irreconciliables el país se nos cae a pedazos, muriendo más gente que en una guerra.
Se preguntarán ustedes porque está ocurriendo esto. Podríamos aquí dar vueltas a muchas teorías que expliquen porque los venezolanos no hemos sabido unirnos alrededor de una solución común que expulse a estos delincuentes. Pero eso sería conducir mirando por el retrovisor. Veamos más bien hacia delante. Los colaboracionistas son parte de la existencia de los regímenes autoritarios. Ellos siempre tendrán una excusa para justificar su existencia. Así que si no hubiera existido Henri Falcón y todos los que lo acompañan a esa elección del 20M para el futuro sostenimiento del régimen, tengan la seguridad que hubiera sido otro el que se hubiera prestado a esa farsa. Ese no es el problema.
El verdadero problema es que todavía haya venezolanos que no hayan asumido el carácter autoritario de un régimen que pretende tutelar la vida de todos nosotros, utilizando los medios que dispone, incluido ahora el racionamiento de comida a través de una tarjeta, versión del siglo XXI del cartón de racionamiento cubano. El éxito del régimen no está en que se celebren esas elecciones ilegalmente convocadas. El éxito estará en que al menos un venezolano concurra a certificarles la farsa, para luego ellos proceder a reventar posteriormente lo que queda de institucionalidad.
El colaboracionismo de Falcón utilizando el chantaje del voto como única salida, le pide a los venezolanos ir a votar el 20M, siendo el mismo chantaje que se utilizó cuando un grupo de técnicos pedíamos Elecciones Auténticas sin ser escuchados. Pero son tan colaboracionistas los que ahora no concurrirán a las elecciones el 20M, aduciendo que harán fraude, pero certificaron una y otra vez las trampas del CNE. No porque ahora no son cómplices para esta elección, no implica que no son responsables de lo que sucede.
Absolutamente todos los dirigentes políticos, aun los más radicales y que ahora se dan golpes de pecho indicando que las elecciones son un fraude, decían que lo que había que hacer era sacar más votos que el régimen. Lamentablemente el tiempo nos dio la razón y al final entendieron que no se le puede ganar a una ruleta arreglada (ver Crónica de un CNE anunciado, en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/09/cronica-de-un-cne-anunciado.html).
Después de eso, ¿cómo convencer a la gente de que no se debe ir a votar, en un discurso contrario? Esa es la verdadera contradicción y que de alguna manera pagaremos todos los venezolanos después del 20 de Mayo. Alguien saldrá a votar además del chavismo duro y los miles de venezolanos que acorralados por el hambre no les quedará de otra, so pena de que les quiten las cajas del CLAP. La gente del candidato Henri Falcón, de “El Tigre” Eduardo Fernández, del “Negro” Claudio Fermín irán a votar. Eso fue lo que consiguió toda la oposición oficial al darle la certificación electoral al régimen por más de 15 años. Y de eso son culpables. De esas lluvias vendrá el lodo del 20 de Mayo.
Pero después del 20 de Mayo ya no habrá más discurso electoral que valga. Todos los venezolanos estaremos de acuerdo al menos en eso. De hecho el régimen acabará por esa razón con las elecciones tal y como las conocemos, al promulgar una nueva Constitución comunista proveniente de los laboratorios constituyentes de Delcy Rodríguez y sus asesores cubanos.
Si Falcón, Fermín y Fernández creen que cogobernarán con Maduro como pago del acompañamiento electoral del 20M, que se bajen de esa nube. O peor aún, se caerán de ella si creen que serán la “nueva oposición”. El 20 de Mayo comenzará una nueva historia donde todos los venezolanos coincidiremos por la fuerza de los hechos en algo fundamental: si no nos convocamos todos como legítimos depositarios de la soberanía popular para decidir qué hacer para refundar a Venezuela, no saldremos de la tragedia. Después de muchos años y notas escribiendo cómo hacerlo, creo que sobran las palabras…
Caracas, 18 de Mayo de 2018
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