Luis Alberto Buttó: Mañana

Luis Alberto Buttó: Mañana

Luis Alberto Buttó @luisbutto3
Luis Alberto Buttó @luisbutto3

Entre tantas otras, por dos razones, mañana será un día en nada distinto al de hoy. La primera, porque el panorama que los sentidos nos permitirán captar será exactamente igual al que percibimos ayer. Saldremos a la calle y nos toparemos con rostros cansados por la espera de un transporte público que no termina de llegar. Celulares escondidos en partes pudendas cuyos repiques no se atenderán por temor al arrebatón. Filas infinitas de ancianos madrugadores que anhelan cobrar un mendrugo de pensión que no les alcanzará para sobrevivir más de un día. Gente agolpada en salas de triaje, angustiadas al saber de antemano que la atención requerida será incompleta pues faltarán los recursos necesarios. Aulas de clase otrora saturadas y ahora en indetenible vaciamiento. En fin, una sociedad hecha pedazos por la acción combinada de la torpeza, la ignorancia y la premeditación en actuar con base en la revancha convertida en ideología. Malévola combinación que, en los distintos niveles de la escala social continuará mostrando la impudicia de quienes se sienten prevalidos por el usufructo del poder.

La segunda razón por la cual mañana el despertar no será diferente es porque, al igual que ayer, seremos conscientes de que un país distinto, por mejor, es posible. Un país que no sólo está arraigado en la esperanza y en los sueños que nos negamos a abandonar. Un país que en algún momento no lejano fue realidad palpable, confortable y tranquilizadora. Un país que los nacidos en democracia transitamos con confianza. Un país donde, sin que los medios de comunicación repitieran como letanía eso de la sociedad del conocimiento, padres obreros, buhoneros, choferes de autos por puesto, bedeles de colegio, hacedoras de empanadas, camareras de hospital, transmitieron a sus hijos el valor innegociable del estudio como honrosa y segura manera de trascender la pobreza y servirle a los semejantes. Un país que no expulsaba gente hasta los rincones más recónditos del planeta, sino que la recibía sin complejos ni mezquindades, para que múltiples apellidos y tonos de piel diversos se mezclaran en patios de recreos de escuelas y liceos públicos, donde la educación alcanzaba estándares de calidad indiscutida y donde el vaso de leche escolar no faltaba en cada pupitre. Un país donde era norma y no excepción propagandística vacunar a los niños como medida de prevención. En fin, un país del cual nadie hace bien en negar los errores cometidos, pero donde la vida era vivible, aunque suene redundante.

Así las cosas, mañana no será un día distinto. No debe haber ilusión ni fantasía de por medio. Sin dudas, será otro día de penurias, pero también será un nuevo día de compromiso. Compromiso irreductible que no nos es dado abandonar a quienes estamos empeñados en reconstruir esta sociedad descuadernada. Compromiso irrenunciable en no desatender el llamado de un país que clama con esperanza el concurso de todos sus buenos hijos, aquellos que no abandonan la convicción de que el trabajo es la verdadera fuente creadora de riqueza. Los que se niegan a ser sinvergüenzas, acomodaticios o aprovechadores del mal ajeno. Los que no se resignan ante el infortunio ni se pliegan a los dictados del poder que pretende humillarlos intercambiándoles dignidad por necesidad. Los que no sienten complejo alguno en buscar la prosperidad propia, al tiempo que practican la solidaridad ante el dolor y la carencias de los que sufren más que ellos, porque saben que ser humano es la única forma de ser hombre. Los que aspiran a que la prevaricación, la corrupción, la mentira, la indolencia y la crueldad no sean gobierno. Los que internalizaron el concepto de libertad para que no se quedará en mera declaración de principios o simple abstracción explicada en textos académicos.





En horas amanecerá de nuevo y nada habrá cambiado. Sépalo quien tenga que saberlo. Seguiremos aquí: firmes en la pelea por escribir el mañana con letras mayúsculas.

Historiador

Universidad Simón Bolívar

@luisbutto3