De la voz inglesa selfie o selfy es un autorretrato realizado con la una cámara digital o un teléfono móvil, donde la persona posa con otras, para subirlo a las redes sociales. Es muy usado por los jóvenes, y no tan jóvenes, para destacar a quien la toma, pero sin ningún mensaje o contenido. Mientras que el bachaqueo consiste en la reventa de un producto, sin darle valor agregado al mismo. Las dos acciones, una con contenido promocional y la otra económico, denotan una sociedad que continúa siendo cómoda a pesar de la crisis.
Ambas acciones generan una ilusión óptica. Muchos hacen política al tomarse un selfie colocarle una leyenda hueca y subirla a las redes, ¡listo! Otros revenden productos y creen que ganan mucho dinero ¡Uff cuando compran ya no tiene nada!
Esa mezcla de personalismo con la tradicional viveza criolla, que en la vida diaria se expresa en el exhibicionismo o en la reventa, deja en evidencia algo que siempre alerté, que podía suceder, que nunca había sucedido, dos realidades diametralmente opuestas. Una en la frivolidad del selfie que impide ver a la gente comiendo de la basura, “eso no existe” o “existe en todas partes”, una cúpula millonaria en dólares y la otra de la gente que cobra en bolívares pasando penurias y calamidades. En medio de un sistema económico que se empeña en no producir, en no da valor agregado, ni invención, sino que genera la necesidad, en lo que he llamado, de una cadena de aumentos, que garantiza la supervivencia individual.
El Estado venezolano ha impuesto una lógica clientelar que reduce la iniciativa privada, para que sea el Estado el que actúa, proteja… y que en forma graciosa, no porque se rían, sino porque depende de su gracia, premie la fidelidad, incrementado los niveles de dependencia, en un mercado interno distorsionado, alta escasez de productos de la canasta básica y altísimos niveles de inflación.
La reventa de mercancía conocida como bachaqueo es la respuesta a un modelo económico perverso de dependencia, más lucrativo que la venta de droga, para muchos que cambiaron de ramo. Una economía delincuencial controlada por mafias que el gobierno dice que son externas a él, que se expresan promocionadas desde él. La escasez de rubros básicos esenciales creó el mercado ilegal que genera dobles ingresos a quienes se dedican al contrabando, sean al mayor o menudeo.
Así como el selfie es una moda, la reventa es una necesidad, pero ninguna da valor agregado a la sociedad venezolana. Las sociedades modernas más desarrolladas no son las que tienen recursos naturales, no son las que revenden, son las que generan conocimiento, e invención. La riqueza de una nación está en una sociedad espiritualmente en la creación, construcción, producción… y eso no se logra ni en el selfi ni el bachaqueo, sino en el cambio de la sociedad misma hacia la cooperación, solidaridad y del modelo económico de dependiente a productivo.
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