La tensión aumenta entre los principales líderes políticos iraquíes por el incendio que se desencadenó ayer en varios almacenes que guardaban los votos de las elecciones del 12 de mayo, ya que debaten la repetición de los comicios por las sospechas de fraude en el escrutinio.
EFE
El primer ministro iraquí en funciones, Haidar al Abadi, ha asegurado que el incendio es fruto de un complot.
“El incendio de las urnas electorales, que coincidió con el día en el que las bandas terroristas del Dáesh (acrónimo en árabe del grupo terrorista Estado Islámico) ocuparon la ciudad de Mosul, es un plan para golpear al país y su democracia”, dijo.
Al Abadi, que lidera la coalición Al Nasr (La Victoria), que quedó por sorpresa en tercer lugar, apuntó el pasado día 5 que hubo “graves infracciones” en las elecciones y pidió el recuento de votos de forma manual debido a las múltiples quejas presentadas por una posible manipulación en el cómputo electrónico, la primera vez que se realiza en Irak.
En un comunicado emitido anoche por su oficina, el gobernante ordenó a todos los responsables de seguridad de las provincias iraquíes que refuercen las medidas “cerca de los almacenes de la Comisión Electoral”, y pidió a las autoridades que “investiguen y preparen un informe detallado del incidente y del daño” causado.
El portavoz del Consejo Supremo de Justicia iraquí, Abdelsatar Birqadar, informó hoy de que tres agentes de la Policía iraquí y un funcionario de la Comisión Electoral han sido detenidos y acusados de provocar el incendio que arrasó tres almacenes destruidos, antes del recuento manual ordenado por el Parlamento por posible fraude, sin que se conozcan más detalles hasta ahora.
Por su parte, el presidente del Parlamento, Salim al Yaburi, afirmó también que el incendio de los almacenes fue un “acto deliberado” y un “crimen planificado” que tenía por objetivo ocultar los casos de manipulación y falsificación de votos, abogando así por una repetición de los comicios.
Sin embargo, el clérigo chií Muqtada Al Sadr, líder de la coalición Sairún (Marchamos, en árabe), ganadora de las elecciones legislativas, rechazó hoy la repetición de las mismas.
“¿Acaso no es hora de ponernos en fila para la reconstrucción, en vez de quemar las urnas de votos o de repetir las elecciones para (ganar) un escaño o dos?”, preguntó Al Sadr en un comunicado publicado en su página oficial.
Al Sadr aseguró que no aspira a cargos políticos y prometió que “no venderá” Irak ni al pueblo por “el poder”, insinuando que podría aceptar que el próximo primer ministro no pertenezca a la coalición que apadrina.
El clérigo, de tendencia nacionalista, afirmó que Irak sigue sufriendo la ocupación extranjera, el terrorismo y la corrupción y subrayó que el país necesita la colaboración de todos.
En una posición neutral, el vicepresidente iraquí, Iyad Alaui, que encabeza la coalición Alianza Nacional, señaló hoy que “es necesario encontrar una fórmula que restablezca la confianza del pueblo iraquí en el proceso político y electoral”.
Abogó por la celebración de “un referéndum popular para determinar” si se debe anular los resultados de los comicios o celebrar nuevas elecciones “bajo la supervisión de la ONU y la Justicia iraquí, y aceptar los resultados cualesquiera que sean”, según aseveró en un comunicado.
Ayer, el Consejo Supremo de Justicia iraquí anunció los nombres de los jueces encargados del recuento de votos, asumiendo el papel de la Comisión Electoral, el órgano supervisor de los comicios que fue suspendido tras las acusaciones de fraude durante el cómputo.
En todo caso, el Consejo Supremo de Justicia sería el único que podría ordenar la repetición de las elecciones.
Basándose en las denuncias, la Comisión Electoral ha anulado hasta el momento los resultados de 1.021 urnas en diferentes centros electorales en Irak. EFE