El presidente estadounidense, Donald Trump, presume de ser un negociador infalible, un experto en el arte del acuerdo inmobiliario que hoy se enfrentó a su mayor reto diplomático, la búsqueda de un esquivo acuerdo de desnuclearización con Corea del Norte que quiere convertir en la perla de su legado.
Trump veía su histórica cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong-un, como una oportunidad de certificar su capacidad negociadora, un atributo del que le encanta hablar pero que hasta ahora no ha logrado demostrar de forma tangible.
“Toda mi vida ha sido (negociar) acuerdos, soy buenísimo en ello”, dijo hoy Trump en una conferencia de prensa.
El documento que firmó con Kim no implica compromisos nuevos de Pyongyang, pero Trump lo presentó como el inicio de un proceso negociador del que está decidido a salir victorioso.
“Siento muy claramente, mi instinto, mi capacidad y mi talento (me lo dicen), que (los norcoreanos) quieren llegar a un acuerdo”, destacó.
En los quince meses y medio que lleva en el poder, Trump ha roto varios acuerdos internacionales y ha abierto tensas negociaciones comerciales con varios aliados de Estados Unidos, pero no ha podido firmar ningún pacto que ratifique su destreza en el “Arte del acuerdo”, el título de su libro superventas de 1987.
El exmagnate inmobiliario, que este jueves cumplirá 72 años, ha convertido a Corea del Norte en la pieza clave de su política exterior, con una serie de vaivenes que han tenido al mundo en vilo desde la llegada al poder de Trump en enero de 2017.
Fue la ambición de hacer historia lo que llevó a Trump a aceptar repentinamente, en marzo pasado, la propuesta de reunión del líder norcoreano, al que pocos meses antes había ridiculizado y amenazado con “fuego y furia”.
A Trump también le motiva, según su círculo cercano, el deseo de añadir un claro triunfo a su legado, después de esforzarse en deshacer los dos grandes logros diplomáticos de su predecesor Barack Obama: el acuerdo nuclear con Irán y el deshielo con Cuba.
La personalidad impulsiva y egocéntrica de Trump está marcada por su carrera como empresario en Nueva York, en la que “entraba en una habitación buscando a la persona más fuerte que hubiera allí, e iba a por ella para demostrarle quién estaba a cargo”, según Gwenda Blair, autora de una biografía sobre el mandatario.
“Es un macho alfa, es muy competitivo y tiene que ganar por encima de todo, sin importar lo que tenga que hacer para lograrlo”, aseguró Blair a Efe el año pasado.
Desde que llegó al poder, el mandatario republicano ha puesto patas arriba las relaciones con aliados históricos de Estados Unidos, como Canadá y la Unión Europea (UE), mientras generaba, de puertas adentro, un pulso entre su peculiar idiosincrasia y las arraigadas normas del sistema de Gobierno estadounidense.
El magnate de inconfundible peinado sacudió en 2015 el panorama político estadounidense al anunciar su campaña presidencial, y fulminó a 16 rivales en las primarias republicanas con su discurso populista, antes de protagonizar una amarga competición contra la candidata demócrata, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton.
Como candidato, Trump generó polémicas mundiales al insultar a los inmigrantes mexicanos, prometer la construcción de un muro en la frontera con México y proponer un veto a la entrada de musulmanes en EEUU, que, una vez llegó al poder, lo convertió en una barrera a los ciudadanos de una decena de naciones.
Tras ser elegido presidente, pese a no ganar el voto popular, Trump logró reducir los fondos a la reforma sanitaria de 2010 y aprobar una reforma fiscal con un gran recorte de impuestos.
Nacido en 1946 en Nueva York de una familia descendiente de emigrantes alemanes, Donald John Trump se licenció en Economía Financiera y tomó a los 28 años el relevo de la empresa inmobiliaria de su padre, para adentrarse después en el sector de los casinos, con un ascenso en ocasiones complicado y marcado por las deudas.
Productor de los concursos de belleza Miss Universo y Miss América, Trump estrenó la década pasada su propio programa de televisión, “El aprendiz” (“The Apprentice”), donde varios candidatos competían por un empleo en su corporación, algo que alimentó su fama e impulsó su carrera presidencial.
Con una fortuna personal estimada en unos 3.100 millones de dólares, Trump está casado con la modelo eslovena Melania Knauss desde 2005, con la que tiene un hijo. Con anterioridad, estuvo unido a la deportista Ivanna Winkerlmayr, con la que tuvo tres hijos, y con la actriz Marla Maples, con la que tuvo una hija. EFE