Esta es una historia sobre Baldo Sansó, el cuñado de Rafael Ramírez, exZar de Petróleos de Venezuela, PDVSA. Y también sobre el propio Ramírez. Y Hugo Chávez. Es una historia de intrigas. Y de petróleo. De miles de millones de dólares. Es una historia extraña. De una escena loca. De cuando Chávez pateó la Faja Petrolífera del Orinoco. Así, literalmente la pateó. Y en perspectiva, el evento hoy se antoja premonitorio. Por la destrucción de PDVSA. Por el posible colapso de la Venezuela petrolera. Por la crisis de la Faja. Y porque casi todo lo que se planeó en torno al petróleo se convirtió en quimera. Así lo reseña alnavio.com
Por Juan Carlos Zapata
Baldo Sansó es hermano de Beatrice Sansó, la esposa de Rafael Ramírez, el exZar de Petróleos de Venezuela (PDVSA). Baldo, abogado igual que su hermana y su madre, Hildelgard Rondón de Sansó, exmagistrada de la Corte Suprema de Justicia, la Corte que enjuició al presidente Carlos Andrés Pérez. Baldo es un abogado de primera línea, inteligente, estudioso, previsivo. Suerte de apagafuegos para los casos neurálgicos y decisivos en la PDVSA de Rafael Ramírez. En Caracas se desplazaba en una moto Vespa, y todavía en 2010 podía almorzar en el modesto restaurant Da Guido sin llamar la atención, sin que nadie sospechara quién se sentaba en la mesa vecina. “Pocos conocían su aspecto”, apunta el periodista Rory Carrol en Comandante La Venezuela de Hugo Chávez. Precisemos que el libro fue editado en 2013. “Sansó no dejaba que apareciera su fotografía en los periódicos”. Aún así, “su nombre circulaba en voz baja por salas de juntas y ministerios. Era uno de los arquitectos de la política petrolera de (Hugo) Chávez, un miembro destacado de PDVSA, asociado con grandes emisiones de bonos, permuta de divisas y otros aspectos de las altas finanzas… La oposición lo incluía en la lista de los ‘diez más corruptos’”. Estuvo al frente de las negociaciones del proyecto gasífero Rafael Urdaneta en el Golfo de Venezuela, donde Repsol explota el pozo Perla, uno de los mayores del mundo; intervino en última instancia en la definición de los términos de la emisión de bonos de La Electricidad de Caracas; participó en la compra de activos cuando a PDVSA le ordenaron que se metiera en la industria de alimentos; en los primeros meses de 2010 estuvo coordinando la licitación del Bloque Carabobo de la Faja Petrolífera del Orinoco, llevando la relación directa con Chevron Texaco y Alí Moshiri, su presidente para América Latina. Baldo Sansó, como decía un empresario, “es el player” de los grandes negocios, los petroleros, gozando de la confianza plena de su cuñado, el jefe de PDVSA. A Rory Carrol le dice: “Todo el mundo piensa que soy un ladrón. Un tipo corrupto… Pero no necesito robar. Antes de venir aquí ganaba 200.000 euros. Vivo muy bien; por eso no soy un corrupto”. Pero el periodista comenta por su lado que “los rumores decían otra cosa. Sansó había estado implicado en la mayor empresa de corretaje del país, Econoinvest”. Y da la casualidad que la primera gran emisión de deuda de PDVSA se tramitó a través de esta. Después fue intervenida en la arremetida de Hugo Chávez y el exministro Jorge Giordani buscando culpables de la manipulación del dólar, aunque la otra versión es que identificada como estaba con Sansó y Ramírez, los enemigos internos en el chavismo se habían propuesto destruirla, como en efecto ocurrió.
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