La madre de Leopoldo López, Antonieta Mendoza de López, contó cómo el dirigente utilizaba su ingenio ante las medidas de seguridad para enviar mensajes desde su celda en Ramo Verde desde su ingreso hasta la última visita.
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Mendoza explicó durante un video que su hijo antes de ser encarcelado en 2014 iba a lanzar un libro titulado “Venezuela Energética” con una propuesta para el bienestar y progreso de los venezolanos.
Durante los primeros meses de Leopoldo tras las rejas, el dirigente no tenía nada para comunicarse y solo le dejaron una biblia. “Él utilizó algo creativo para hacer frente a esa medida, luego de que le quitaran papeles y lápices”, comentó la madre.
“El director de turno de la cárcel le decía a Leopoldo que tomara una hoja de papel y escribiera todas las cosas que quería. Él arrancaba unos pedazos pequeños y comenzó a sacar testimonios de esa manera. Los enrollaba y doblaba de forma muy pequeña para dárnoslo a nosotras, con la intención de esconderlo bien antes de que llegaran al punto de humillarnos con la requisa de la desnudez total”, agregó.
En el año 2016 comenzaron las restricciones complicadas para la familia de Leopoldo López, aunque mantuvo su certeza de seguir haciendo los mensajes. “Utilizaba los mismos papeles de antes, aunque esta vez los enrollaba en un teipe y los metía dentro de un chicle”, mencionó Antonieta.
“Esos los colocaba él dentro del baño que era el único sitio donde no teníamos ocho cámaras que nos vigilaban. 10 minutos antes que nos fueran a buscar para terminar la visita, yo iba al baño agarraba el chicle y lo colocaba dentro de mi boca. Le preguntaba si se me veía o no mediante a mímicas. Él me decía que no se veía y si sospechaban que me tragara el chicle”, señaló.