Orangel Palma, trabajador de Orinoco Iron denunció que los trabajadores no tienen ya derecho a la libertad de ejercer su derecho a organizarse, y dan calificaciones de despido, suspendiendo las elecciones sindicales.
Nota de Prensa
Los sueldos y salarios de los trabajadores son insuficientes para cubrir sus necesidades más básicas y no hay sueldo, mucho menos bonificado que aguante la escalada inflacionaria provocada por el mismo gobierno, porque sencillamente no van acompañados de otras medidas complementarias que puedan detener la pulverización del ingreso familiar, denunció Orangel Palma, trabajador de Orinoco Iron y miembro del comité nacional de Alternativa1 y Juntos.
Esta bonificación carece de efectos salariales y no se puede capitalizar sus efectos porque no tiene incidencia en la prestaciones sociales, bonos vacacionales, ni caja de ahorros, lo que reduce aún más la ya mermada capacidad de ahorro del patrimonio del trabajador.
El gobierno solo pretende con estas medidas erráticas, que los venezolanos se olviden de la calamidad que se vive a diario, y estas medidas son una distracción mas, ya que ellos tienen pleno conocimiento que las soluciones en pro de los trabajadores son; productividad, estabilidad laboral, seguridad social real, seguridad en el trabajo y tener una mejor calidad de vida, dijo Palma.
“Hay que recordarle al mandatario nacional que una de sus luchas llevadas a cabo en su época de sindicalista en el sindicato del metro de Caracas, era precisamente en contra de la bonificación del salario: ¿y entonces Nicolás? ¿Hasta cuándo violas los derechos y conquistas alcanzadas por los trabajadores del país a lo largo de muchos años de lucha? ya que acabó con todo, manifestó Palma”.
EL SALARIO ES PARA MEDIO COMER
La política salarial del gobierno da por hecho que el 80% del ingreso del trabajador se canaliza para la adquisición de alimentos, y que sólo 20% que resta es para el pago de servicios, salud, educación, vestido, calzado, y recreación, lo que nos deja en un estado de indefensión total, denunció Palma.
Todo en medio del caos que vive el país, porque esa política no tiene nada que ver con la dignificación del trabajador ni mucho menos con el socialismo, palabra que ha quedado como retórica a voz de un gobierno que de manera cínica se hace llamar obrerista.
Todo esto sin contar que los trabajadores no tienen ya derecho ni siquiera a la libertad de ejercer su derecho a organizarse, “nos persiguen, amenazan, nos dan calificaciones de despido, no nos permiten legalizar los sindicatos y nos suspenden las elecciones sindicales”, al menos que sean para elegir sindicatos que sean brazo del gobierno, y que su tarea principal es hacer de esquiroles que están en contra de las reivindicaciones de los trabajadores.
Atrás quedaron las contrataciones colectivas, que se hicieron unificadas como el caso del sector aluminio, pero quedaron sepultadas porque no las cumplen, y las que están vencidas las suplantan con una bolsa de comida y productos de higiene.
“Compañeros han muertos en las clínicas por no tener póliza de H.C.M y en los hospitales porque no hay medicamentos, ni quirófanos disponibles”.
Por último resalto Palma la precaria situación de los pensionados, que pasan su vida cotizando al seguro social, luego debe hacer una cola de dos días para cobrar y al final no les alcanza ni para su hipertensivo, concluyó.