Para Orangel Palma trabajador de Orinoco Iron y miembro nacional de Alternativa 1 y Juntos el gobierno nacional debe sincerar la situación real de las empresas básicas ¿hay un cierre técnico general en Guayana? ¿Tiene el gobierno la capacidad de hacerlas productivas nuevamente? “todos sabemos que estas están en ruinas y quebradas y que la solución es la inversión, ya sea nacional o internacional, pero algo hay que hacer para que estas no cierren definitivamente y miles de trabajadores queden en la calle”.
No puede ser que mientras la clase trabajadora cada día está más empobrecida producto de las malas políticas económicas, el mismo gobierno sigue girando en círculos sin asumir su responsabilidad. Hace poco se hicieron unas mesas de trabajo, segunda vez en lo que va de año para supuestamente evaluar la situación de las empresas y lo hemos dicho “estas mesas no le dan ninguna respuesta a las verdaderas necesidades de los trabajadores con respecto a la crisis que estamos viviendo, mientras que se sienten en ellas los mismos que han colaborado a la quiebra y ruina de las empresas, así no funcionará realmente una recuperación industrial”.
Destaco Palma que “los trabajadores ya conocemos muy bien como programáticamente se ha ido acabando con las empresas a través del llamado plan Guayana socialista que tiene 6 versiones y ninguna ha funcionado, tampoco funcionará este nuevo invento llamado Plan Integral para el Fortalecimiento Productivo de Guayana, porque ha sido creado por los mismos operadores que se cogen los pocos dólares que entran a las empresas”.
Los trabajadores hemos venido planteando que se le deben regresar a la C.V.G todas sus competencias tutoriales y desaparecer los consorcios del hierro-acero y aluminio porque han sido una mala experiencia para el desarrollo de la región y para el beneficio de los trabajadores. “No puede ser que el mismo presidente de la C.V.G sea gobernador y presidente de SIDOR a la vez”, ese cargo debe estar única y exclusivamente al servicio del fortalecimiento de la región, sus empresas, sus trabajadores, y en beneficio de sus habitantes”.
Concluyó diciendo que los trabajadores no escapan a la diáspora que vive el país “miles de buenos profesionales han abandonado el país buscando un mejor futuro, hoy por hoy solamente en SIDOR hay más de 6 mil cartas de renuncia que se niegan a procesar”.