El papa Francisco animó hoy el “esfuerzo” de los obispos y “muchas personas de buena voluntad” que median en la crisis en Nicaragua y testimonian el proceso de diálogo nacional “por la vía de la democracia”.
“Renovando mi oración por el amado pueblo de Nicaragua, deseo unirme a los esfuerzos que están cumpliendo los obispos del país y muchas personas de buena voluntad en su rol de mediación y de testigos en el proceso de diálogo nacional en curso, por la vía de la democracia”, dijo tras el Ángelus ante la plaza de San Pedro.
Francisco recibió el sábado al cardenal y arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, y al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, quienes le relataron la “dolorosa” situación que atraviesa el país, aunque está “muy bien informado”, explicó a Efe el purpurado.
Nicaragua vive desde el pasado abril la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980, con Daniel Ortega también en la presidencia, y ya suma unos 285 muertos, de ellos 20 menores, según cifras de organismos humanitarios locales.
Las protestas contra Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, comenzaron por unas fallidas reformas a la seguridad social y derivaron en una petición de renuncia al mandatario, tras 11 años consecutivos en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua, que ha mediado en la liberación de algunos jóvenes detenidos tras las propuestas, ha propuesto a Ortega adelantar las elecciones generales.
Por otro lado el pontífice denunció que “continúa siendo grave” la situación en Siria, de manera particular en la provincia de Deraa tras “las acciones militares de los últimos días, que han afectado a escuelas y hospitales y ha provocado miles de nuevos refugiados”.
“Renuevo junto con la oración mi llamamiento para que a la población, ya duramente afectada durante años, se le ahorren mayores sufrimientos”, dijo desde la ventana del Palacio Apostólico.
Por otro lado, “entre tantos conflictos”, el pontífice destacó a Etiopía y Eritrea, que han iniciado el diálogo para normalizar sus relaciones bilaterales tras la independencia del segundo país del primero, lo que derivó en violencia y tensiones fronterizas.
Una iniciativa que el papa definió de “histórica” y de “buena noticia”.
“Que este encuentro pueda encender una luz de esperanza para estos dos países del Cuerno de África y todo el continente africano”, refirió.
Y por último, en su llamamiento, renovó su oración por los jóvenes desaparecidos en una gruta subterránea en Tailandia. EFE