A un mes de la erupción del volcán de Fuego de Guatemala, que ha dejado al menos 113 muertos, las autoridades hicieron hoy un acto para homenajear al personal de rescate y para recordar a los héroes caídos durante la atención de esta emergencia.
EFE
Este evento, celebrado en el municipio de Escuintla y encabezado por el presidente del país, Jimmy Morales, contó con la participación de varios ministros de Estado y otras autoridades, quienes, en palabras del mandatario, querían rendir homenaje a esas personas “que tienen un corazón sumamente grande”.
Y es que son ellos los que están dispuestos a dar la vida por salvar a los demás, como sucedió con un oficial de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres y dos bomberos fallecidos en esta emergencia, quienes murieron “en cumplimiento de su deber”.
Morales, que agradeció la labor de las instituciones privadas y de países amigos, ensalzó también el trabajo de la Policía Nacional Civil y del Ejército, de las que siente “orgullo”, y alabó a los “admirables” bomberos.
“En Guatemala sí hay héroes”, enfatizó, y agregó que los de este país son “reales”, no como los súperheroes, y pidió recordarlos por su “gran corazón y valentía”.
“Han pasado 30 días desde que inició un proceso de un estado de emergencia (…) que hemos cumplido con todas las normas de transparencia para poder entregar cuentas claras”, proclamó Morales sobre el presupuesto asignado para atender esta emergencia, y pidió a la gente no dejarse influir por opiniones engañosas.
Tras estas palabras, se inauguró un monumento en conmemoración a los fallecidos por esta catástrofe y colocaron una ofrenda floral.
La gestión de las autoridades en la emergencia por la erupción del volcán se ha puesto en duda, tanto que el Ministerio Público ha iniciado una investigación de oficio y un grupo de diputados han presentado una denuncia contra el titular de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, Sergio Cabañas.
La erupción del Volcán de Fuego el pasado 3 de junio, la más fuerte de los últimos años, dejó al menos 113 muertos, 197 desaparecidos, 54 heridos y más de 1,7 millones de afectados en Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez, algunos de los cuales lo han perdido todo.