El Departamento de Estado ordenó hoy la evacuación de todo el personal no esencial perteneciente al Gobierno de EE.UU. en Nicaragua debido a las protestas que azotan el país centroamericano desde hace más de dos meses y medio.
EFE
Estados Unidos ya autorizó el pasado 23 de abril, poco después del estallido de las protestas, la salida voluntaria del personal no esencial y ordenó la evacuación de sus familias.
La orden de evacuación anunciada hoy es una medida que implica la sola permanencia en el país del embajador y de algunos funcionarios de alto rango.
El Gobierno de EE.UU. también ordenó al personal que se quede en Nicaragua “permanecer en sus casas y evitar desplazamientos innecesarios entre la puesta del sol y el amanecer”, así como evitar las zonas de Managua más afectadas por las protestas.
Asimismo, prohibió a su personal el uso de autobuses públicos y mototaxis, ir al Mercado Oriental en Managua y acudir a “clubes de caballeros” (“burdel” en EE.UU.) por todo el país debido a la “criminalidad”.
Como consecuencia de la salida de su personal no esencial, “la ayuda que la embajada de EE.UU. en Managua puede brindar es limitada”.
El Departamento de Estado incluyó esta orden de evacuación en una nueva alerta de viaje para Nicaragua en la que mantiene la recomendación a los ciudadanos estadounidenses de no viajar al país centroamericano.
Sobre la situación en Nicaragua, EE.UU. alertó de que “fuerzas paramilitares controladas por el Gobierno fuertemente armadas y vestidas de civil, operan en gran parte del país, a veces en cientos”.
“Estos grupos están atacando bloqueos, secuestrando y deteniendo individuos, apoderándose de tierras de propiedad privada y cometiendo otros delitos”, dijo el Departamento de Estado.
Asimismo, advirtió de manifestaciones y mítines espontáneos que pueden derivar en actos de violencia, “incluso en zonas turísticas”.
“Las fuerzas controladas por el Gobierno han atacado a manifestantes pacíficos provocando un número significativo de muertes y lesiones. El saqueo, el vandalismo y los incendios provocados ocurren a menudo durante los disturbios”, dijo.
“Los bloqueos de carreteras -añadió-, incluso en Managua y otras ciudades importantes, pueden limitar la disponibilidad de alimentos y combustible”.
EE.UU. también alertó de que “los hospitales de todo el país están inundados de víctimas de la violencia y carecen de la capacidad para responder a otras emergencias” y de un aumento de la criminalidad debido a que las fuerzas de seguridad “se concentran en los disturbios”.
Las protestas en el país centroamericano, que empezaron el 18 de abril, se han cobrado ya 315 muertos, según organismos humanitarios.