Elucubraciones, fanfarronerías y fabulaciones, por @lmesculpi

Elucubraciones, fanfarronerías y fabulaciones, por @lmesculpi

Sus declaraciones siempre traen cola, no se destacan porque hagan gala de especial lucidez. Es conocida su afición a usar vestimenta de reconocida y costosas marcas internacionales. Representa una de las tantas facetas sórdidas del oficialismo. Esta vez no hubo improvisación se acompañó de mapas y otras láminas. No es de extrañar que su comparecencia al programa dominical tanto el tema como las preguntas hayan sido concertados previamente con el entrevistador. Tal presunción la ratifica el largo caletre en la “pincelada” inicial donde habló de la “crisis sistémica del capitalismo quien se niega a desaparecer” señalando que arremete contra los pueblos que tienen fuentes de energía y los sataniza inoculándole una serie de males.

En un serio esfuerzo por granjearse la voluntad de la elite dirigente que proviene de la vieja izquierda intentó aproximarse a su léxico, mezclando confusamente conceptos de Mao Tse Tung como el de la guerra popular prolongada como nueva doctrina militar, con la proclama del Che Guevara a la asamblea tricontinental celebrado en La Habana:” Crear uno, dos, tres…muchos Vietnam”. Para no quedarse atrás el integrante de la Ilegítima constituyente mencionó que en caso de agresión, se crearían 13.682 Vietnam, uno por cada Unidad de batalla que teóricamente existen en el PSUV. La fanfarronería y las fabulaciones fueron mucho más allá.

No solo se centró en la gastada y carente de credibilidad predica de la fulana “guerra económica”, a la que solo la encuesta que lee José Vicente le concede veracidad, las referencias las utilizó a solicitud de su anfitrión, pero no podía abandonar el tema y el lenguaje bélico afirmando: “estamos en escenarios de guerra y hay que darle ese tratamiento”. Llego a decir que el problema más grave no era el económico sino el militar.





Se intentó cuidar siempre de alegar que sus elucubraciones partían siempre en caso de agresión proveniente del exterior, sacó un mapa afirmando ” En caso de una agresión de Colombia, la primera acción de nuestra Fuerza es derribar esos siete puentes del río Magdalena”…añadiendo que la dividiría en dos, porque el río la atraviesa de norte a sur y que el teatro de la guerra sería el territorio colombiano.

Estos alardes bravucones no fueron suficientes, además mencionó los cuatro sistemas de defensa aérea que poseemos, dando detalles de su capacidad de llegada en longitud y altura, señaló que tenemos 2.500 expertos operando Iglar que es un arma para derribar aviones. También anunció que el congreso del partido de gobierno discutirá la incorporación de las unidades de batalla a la estrategia de la guerra popular.

Mientras la mayoría de los venezolanos está sufriendo las consecuencias de la aplicación de un modelo económico que ha demostrado su fracaso hasta saciedad, donde no existe área en las políticas públicas que escape a la gravedad de la crisis, él hambre, la hiperinflación, la escasez, la situación de PDVSA, los servicios públicos todos son aspectos que evidencian la magnitud de la actual tragedia que confrontamos. Entre tanto un dirigente nacional del PSUV concurre a un programa de televisión a evadir la responsabilidad del gobierno y de manera irresponsable darse el lujo – ya no sólo en el vestir- de fanfarronear con escenarios de un conflicto bélico con el vecino país.

Esa es una verdadera demostración del distanciamiento -consciente o inconsciente- de la dirección oficialista con las vivencias del venezolano, no es posible que desconozcan la realidad, la manipulan ya que el reclamo frente a los gravísimos problemas proceden en buena medida, de su militancia que cada día expresan su inconformidad, descontento y rechazo con las políticas gubernamentales. Voces disidentes de ese campo surgen con mayor frecuencia y se suman a sostener la necesidad del cambio político, el momento que vive la oposición no facilita esos desarrollos. Por lo que urge la necesidad de reconstruir y relanzar una plataforma política opositora lo más unitaria posible. También resulta incomprensible que los demócratas no asumamos esa tarea como prioritaria.