El representante en Venezuela del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), Jorge González Caro, dijo en una entrevista exclusiva con Efe que la escasez de anticonceptivos en el país suramericano dificulta la planificación familiar.
“Hay una escasez global de insumos (materiales) anticonceptivos en los centros de salud (…) y los que están disponibles en las farmacias son de costo muy elevado para que sean de acceso popular, universal”, dijo el matemático en el marco del Día Mundial de la Población que se celebra cada 11 de julio.
Señaló que hace 50 años la ONU nombró la planificación familiar como un derecho humano y que desde entonces se ha avanzado en la promoción y protección de este derecho que se traduce, según dijo, en más desarrollo y menos pobreza para los países.
En Venezuela, consideró, es “muy positivo que la planificación familiar ha sido incorporada en la Constitución nacional”, un apartado que da a las parejas el derecho “a decidir libre y voluntariamente el número y el espaciamiento de sus hijos”.
Sin embargo, la Carta Magna también establece que el Estado “garantizará el acceso a los medios científicos que garanticen el ejercicio del derecho”, algo que actualmente se hace cuesta arriba debido a la falta de métodos anticonceptivos.
Ante ello, González indicó que está trabajando con el Ministerio de Salud para retomar el sistema de compra de anticonceptivos a través del Fondo “para distribución gratuita y de acceso universal para toda la población”.
Recordó que a través del UNFPA, el Ejecutivo de Nicolás Maduro hizo su última compra “muy importante” en 2015 que alcanzaba para “saciar toda la demanda” pero, enfatizó, “los inventarios han ido mermando” y hoy son pocos los hospitales públicos que cuentan con materiales anticonceptivos.
El matemático cree que la planificación familiar “está culturalmente aceptada” en el país petrolero, cuya tasa de fecundidad disminuyó en los últimos 50 años de 8 hijos por mujer a 2,3 hijos en la actualidad, muy cerca del promedio mínimo de 2,1 que busca proteger el reemplazo generacional.
El contraste en Venezuela, dijo, es mucho mayor pues la tasa de fecundidad adolescente, de mujeres entre 15 y 19 años, se ha mantenido casi constante en el último medio siglo alrededor de los 100 casos por cada 1.000 jóvenes, muy por encima del resto de la región.
Las venezolanas “están teniendo cada vez menos hijos, pero los están teniendo muy temprano”, apuntó, y dijo que para atender esta problemática es necesario que el Estado promueva una educación integral de la sexualidad desde la infancia, así como campañas permanentes de instrucción y formación para los ciudadanos.
González cree que las venezolanas “saben planificar sus embarazos pero necesitan apoyo” de las instituciones para completar esta tarea.
Por otra parte, subrayó que la mortalidad materna es “lo que más preocupa” al Fondo de las Naciones Unidas que ha venido “apoyando el diseño de protocolos para la atención de los cuidados obstetricios de emergencia” en el país, que atraviesa una profunda crisis económica de la que no escapa el sector salud.
“Hemos empezado a promover talleres en centros de salud priorizados por el ministerio” para la atención de “hemorragias obstétricas posparto”, que son la “primera causa de muerte materna en Venezuela”, sostuvo.
González consideró que el problema con la tasa de mortalidad materna “es que no baja” en Venezuela, que suscribió un compromiso de reducirla en un 75 % y, agregó, “últimamente sabemos que ha habido algún repunte” en este aspecto.
Por último, opinó que los programa sociales instaurados por el chavismo para promover el “parto humanizado” y proteger a las embarazadas y madres más pobres, que reciben bonificaciones mensuales, pudieran ser efectivos siempre que se les exija a las beneficiarias someterse a un control sanitario.
“No tenemos ninguna evidencia de que estos programas que el Gobierno está auspiciando hayan generado un repunte en la tasa de natalidad”, dijo y añadió que en un próximo censo sabrán más sobre esta materia.
EFE