Una estudiante originaria de Brasil fue asesinada anoche en Nicaragua, víctima de disparos de “un grupo de paramilitares” al sur de Managua, informó hoy el rector de la Universidad Americana (UAM), Ernesto Medina.
La brasileña Rayneia Gabrielle Lima, estudiante de sexto año de la carrera de medicina en la UAM, falleció la noche de este lunes por un “balazo en el pecho que le dañó el corazón, el diafragma y parte del hígado”, dijo el rector al canal 12 de televisión local.
El asesinato ocurre en medio de una crisis sociopolítica por manifestaciones contra el presidente Daniel Ortega, cuya represión ha dejado entre 277 y 351 muertos, según organizaciones humanitarias locales e internacionales.
“Esto hay que decirlo, paramilitares que estaban en la casa de Chico (Francisco) López, fueron los que dispararon”, dijo Medina.
López, tesorero del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y hasta hace poco gerente de dos grandes empresas del Estado relacionadas con el petróleo y el sector construcción, fue afectado con la Ley Global Magnitsky, de Estados Unidos, que lo señaló de graves violaciones a los derechos humanos.
Lima vivía en el mismo reparto que López, una zona exclusiva el sur de la capital nicaragüense.
“Las fuerzas paramilitares sienten que tienen carta blanca, nadie les va a decir nada, nadie les va a hacer nada, ellos andan secuestrando y haciendo redadas”, sostuvo el rector.
El asesinato de la estudiante brasileña ocurrió horas después de que Medina participó en un foro en el que dijo que el crecimiento económico y la seguridad en Nicaragua antes del estallido social de abril contra Ortega “era parte de una farsa”, porque “nunca hubo un plan que acabara con la pobreza y la injusticia”.
“La muerte de esta muchacha es un signo de lo que está pasando en Nicaragua, contradice lo que dijo Ortega (a Fox News), de que todo está normal, pero es una paz de mentira, hay paramilitares por todos lados”, sostuvo el rector.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al Gobierno de Nicaragua por “asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias”.
Nicaragua está sumergida en la crisis más sangrienta de su historia en tiempos de paz, y la más fuerte desde la década de los años 1980, también con Ortega como presidente.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción.EFE