El alemán-venezolano Matthias Krull, uno de los dos detenidos bajo la acusación de participar en una trama que lavó más de 1.000 millones de dólares desfalcados a la petrolera estatal PDVSA, era reconocido por sus contactos de alto nivel en Caracas, lo que le permitía captar fondos de importantes clientes vinculados al régimen de Maduro, informaron medios venezolanos, publica Infobae.
Krull, de 44 años y residente en Panamá, fue arrestado el martes en Miami por “conspirar para cometer lavado de dinero”, informó el Departamento de Estado de EEUU. Compareció el miércoles ante la jueza Alicia M. Otazo-Reyes en esa ciudad. Está previsto que Krull comparezca de nuevo el 30 de julio y el 8 de agosto.
Según reportó El Pitazo, Krull, un ejecutivo con experiencias laborales en Credit Suisse y UBS, se desempeñaba ahora en el banco suizo Julius Baer, donde manejaba una cartera de 600 millones de dólares.
En la agencia de Julius Baer en Panamá, según el mismo medio, Krull se convirtió en una “superestrella” por la gran cantidad de clientes que captó para el banco gracias a sus contactos en la élite venezolana.
Esos resultados lo llevaron a ser contratado el 22 de junio por Gonet&Cie, un “banco boutique”suizo con más de 160 años de antigüedad, para iniciar a operar en Bahamas. Su tarea sería captar, gracias a su cualidad de “superestrella” clientes de Sudamérica, de la misma manera como lo hacía en Julius Baer.
Krull, y el otro detenido, el colombiano Gustavo Adolfo Hernández Frieri, afrontan ahora el cargo de “conspirar para cometer lavado de dinero”.
Según la demanda judicial, la conspiración supuestamente comenzó en diciembre de 2014 con un plan para cambiar dinero, diseñado para desfalcar unos 600 millones de dólares de PDVSA obtenidos mediante sobornos y fraude, y con la intención de los acusados de “lavar” parte de esa cantidad.
Hacia mayo de 2015, la trama supuestamente dobló ese monto a 1.200 millones de dólares desfalcados de la compañía.
Cómo era el fraude
El agente del Departamento de Seguridad Interior que realizó la investigación, George Fernández, dijo en su declaración jurada que los conspiradores -a través de PDVSA- compraron dólares a una tasa de cambio oficial, que en Venezuela es muy inferior al valor del dólar en el mercado negro.
“En el sistema de divisas controlado por el gobierno de Venezuela corren desenfrenadamente el fraude y la corrupción masiva. Se estima que el fraude alcanza los 20.000 millones de dólares al año y los reportes indican que funcionarios de gobierno corruptos aceptan sobornos para autorizar intercambios al cambio oficial”, dijo el agente Fernández.
Haciendo un par de transacciones, explicó, un criminal puede convertir decenas de millones de dólares en cientos de millones de dólares, mientras el país se ahoga en una crisis humanitaria sin precedentes, creando además un problema regional con miles de refugiados en las fronteras de Brasil y Colombia.
La cultura de corrupción que existe en Venezuela, añadió el agente Fernández, “trae ríos de ganancias criminales al sur de Florida, que se ha convertido en un centro de lavado de dinero y un destino para criminales extranjeros y cleptócratas”.