Muy pocos medios de comunicación venezolanos informaron la semana pasada los detalles del asesinato de un teniente del ejército ocurrido en el municipio Jesús María Semprún del estado Zulia. La noticia pasó casi desapercibida, como si no importara, como si fuera un hecho cualquiera. Apenas 2 o 3 portales de noticias hicieron mención de tan terrible acontecimiento. Tal parece que la censura y la autocensura nos está matando.
Pero para quienes vivimos en la frontera de Venezuela con Colombia, el asesinato de un oficial del ejército venezolano no es un hecho cualquiera. Y mucho menos, si ese crimen ha sido cometido por la guerrilla colombiana del ELN, que se encuentra muy activa en los estados Táchira, Zulia, Apure y Barinas, y que poco a poco se ha ido transformando en un estado dentro del estado, con la venia y autorización del gobierno de Nicolás Maduro Moros.
El teniente del ejército fallecido, según la minuta preparada por el comando militar donde se encontraba destacado, fue identificado como Roberto (Carlos) Ultin (Ulpín) González, quien “recibió un disparo cuando junto a un componente del ejército realizaba un operativo especial en el sector conocido como Caño Motilón del estado Zulia”.
El informe militar, con muy mala redacción y plagado de errores ortográficos, señala que “en el marco de la Operación Centinela 2018, el Tcnel Julio César Galban Molina, Cmdte del 123 B.C. Celedonio Sánchez con un (01) Ofic/Sup; dieciocho (18) Ofic/Sub; cincuenta (50) TT/PP y veintidós (22) VV/SS/CC, acompañados de una comisión de (16) combatientes FF.EE , cuando se desplazaban desde la población de Casigua el Cubo hasta Caño y Medio en el sector Caño Motilón del Municipio Jesús María Semprún Estado Zulia, fueron interceptados por un grupo irregular generador de violencia y durante el enfrentamiento fue fatalmente herido el Tte Roberto Ultin Gonzalez, C.I 20.140.444, plaza del 992 BAFE G/J “José Gregorio Monagas” quien fue herido a través de un impacto de bala en el femoral izquierdo el cual subió hasta el sector de las vísceras”.
Llama poderosamente la atención, que en el parte oficial elaborado por el personal del Ejército no se identifica a la guerrilla colombiana (ni siquiera se le llama guerrilla) como el grupo responsable de la muerte del teniente. Tampoco se responsabiliza al ELN (grupo que asesinó al teniente), sino que se habla, muy delicadamente, como para no llamar la atención de nadie y no despertar sospechas, de un grupo irregular generador de violencia.
Cuando las autoridades policiales y militares al servicio de la revolución, detienen en la frontera a delincuentes comunes, los partes policiales y las minutas hablan inmediatamente de paramilitares. Cuando detienen a un opositor tirando piedras o quemando un caucho en una esquina, hablan de terroristas y golpistas. Pero cuando detienen o se enfrentan a guerrilleros colombianos, ya sea del ELN o las FARC, utilizan el término grupo irregular generador de violencia.
El informe especial elaborado por la patrulla militar que fue atacada por el ELN dando como resultado el asesinato del teniente González, revela que el enfrentamiento dejó “como resultado la retención de tres (03) elementos generadores de violencia e igualmente se pudo rescatar a 2 ciudadanos que se encontraban secuestrados por los mismos. Asimismo, se pudo incautar el siguiente material de guerra: 1 Fusil R-15 con dos (02) cargadores y treinta (30) cartuchos; 2 Fusiles Galil con tres (03) cargadores;1 Escopeta Cal 12mm con nueve (09) cartuchos; 2 Artefactos Explosivos (Trampas Cazabobos) y 2 detonadores eléctricos”.
Extrañamente, el Ministerio de la Defensa no emitió comunicado alguno. Tampoco lo hizo la Comandancia General del Ejército. La cúpula militar que dirige la FANB y que tiene extraordinarias y muy buenas relaciones con la guerrilla colombiana, prefirió hacer mutis ante el crimen cometido por el ELN en el estado Zulia. Lo mismo hicieron hace un par de meses atrás, cuando una columna del ELN asesinó a un grupo de mineros para quitarles el oro que habían extraído sin su consentimiento en tierras del estado Bolívar.
El silencio cómplice del alto mando militar venezolano, frente a las constantes y permanentes agresiones cometidos en territorio venezolano por la guerrilla colombiana, refuerzan la teoría del general colombiano Alberto José Mejía, comandante de las Fuerzas Militares del vecino país, quien hace pocos días reiteró una denuncia que ya había hecho hace un par de meses atrás, cuando aseguró de manera tajante y contundente, que toda la dirección nacional e internacional del ELN se encuentra escondida en Venezuela.
“En Venezuela se refugia el comando y control del ELN, tanto los miembros del Comando Central como los miembros de la dirección nacional. Este individuo (‘Samuelito’), que era miembro de esa dirección nacional, vino precisamente desde Venezuela a Colombia a coordinar asesinatos, secuestros y atentados terroristas”, dijo Mejía.
El personaje Samuelito, mencionado por el general Mejía, era Jacob David Acuña Gelis, alias Samuel, un guerrillero con más de 30 años en el ELN y quien llegó a integrar la Dirección Nacional de esa organización guerrillera. Acuña Gelis, habitualmente abandonaba su refugio en Venezuela para visitar a una mujer en territorio colombiano. En una de esas tantas visitas a Colombia, alias Samuel descuidó su seguridad y fue dado de baja por el ejército colombiano.
Para las Fuerzas Militares Colombianas, los guerrilleros del ELN no son miembros de un grupo irregular generador de violencia. Son delincuentes, mafiosos, asesinos y narcotraficantes, y la mayoría de sus jefes están siendo buscados vivos o muertos.
Cuando el ejército colombiano descubre a un guerrillero del ELN no lo trata con cariño y amabilidad. Tampoco le abre las puertas de su casa para que pase. Todo lo contrario: un francotirador, a más de 250 metros de distancia, abatió a alias Samuel, quien lideraba las estructuras del Ejército de Liberación Nacional que delinquen en el sur de Bolívar y Antioquia.
Informes de inteligencia en manos de las Fuerzas Militares colombianas, señalan que Samuel estuvo entre 2016 y 2017 cuatro veces en Colombia y que les llevó a sus mandos escondidos en Venezuela cerca de 5.000 millones de pesos, producto de esas actividades ilícitas.
El general Alberto José Mejía, comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, sostiene que los miembros de la dirección nacional e internacional del ELN, identificados como Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino; Eliecer Herlindo Chamorro, alias Antonio García; Rafael Sierra; Ramiro Vargas y Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía, alias Pablito, están dándose la gran vida en territorio venezolano, protegidos y amparados por el gobierno socialista, anti imperialista y revolucionario de Nicolás Maduro Moros.
Suena increíble, pero es completamente cierto: el ELN, fundado en 1964 y que se piensa que tiene unos 1,500 guerrilleros, ha dicho en reiteradas ocasiones que quiere alcanzar un acuerdo de paz en Colombia (ya veremos cómo se logra esa paz tan pronto como asuma la presidencia Iván Duque). Pero mientras dice eso en territorio colombiano, adelanta un plan desde hace años para establecer sus bases de operaciones en Venezuela.
Guerrilleros del ELN han sido vistos y filmados controlando el contrabando de gasolina en las riberas del río Catatumbo, en el estado Zulia. También han sido vistos en San Vicente de la Revancha, municipio Junín, y en Delicias, municipio Urdaneta, del estado Táchira. Hace poco fueron vistos asesinando gente en las cercanías de una mina de oro en el estado Bolívar. La estructura de mando del grupo, se asegura, está instalada y opera desde el estado Barinas, en Venezuela. ¿Pero por qué razón la Fuerza Armada Nacional Bolivariana no hace nada?
Un informe de Insight Crime sostiene que “el comandante del Frente Oriental del ELN, Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía, alias Pablito, vive en Apure. Fuentes locales dijeron a InSight Crime que la enorme hacienda desde donde trabaja Pablito había sido expropiada de sus anteriores propietarios por el gobierno.
Insight Crime también dice que un informe de inteligencia colombiano que se filtró en 2010 sugiere que los comandantes del ELN Antonio García y Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino, también tienen sus bases de operaciones en Apure y se mueven libremente entre las ciudades de La Victoria y Guasdualito.
Un informe elaborado por el Ejército de Colombia, señala que hay 2 frentes del ELN que se mueven por la frontera entre Táchira y Norte de Santander (entre Ureña y San Antonio del Táchira). Son los Frentes Germán Velazco Villamizar y Parmenio Cuéllar. Guerrilleros atacan y cometen todo tipo de crímenes y fechorías en poblaciones de Colombia y luego se refugian en Venezuela,
El informe dice que un tercer Frente del ELN, el “Carlos Alirio Buitrago” también opera en la frontera entre Colombia y Venezuela, por los lados del municipio Francisco García de Hevia, en Táchira (Boca de Grita, Guarumito) con Puerto Santander en territorio colombiano.
Las autoridades colombianas sostienen que en el estado Zulia, a lo largo y ancho de todo el río Catatumbo, opera el frente Camilo Cienfuegos del ELN, que controla todo el contrabando de gasolina que sale de territorio venezolano hacia territorio colombiano.
También dice que hay dos frentes más del ELN operando hacia los lados del municipio Rafael Urdaneta (Delicias) y municipio Junín (Rubio) del estado Táchira. Organizaciones no gubernamentales han denunciado que grupos de Elenos han asesinado y secuestrado personas en San Vicente de la Revancha.
Por si eso fuera poco, las Fuerzas Militares de Colombia sostienen que hay frentes del ELN en Apure. La Comisión de Frontera de la Cuadrilla Domingo Laín Sanz está a cargo de las acciones transfronterizas, en el municipio Páez que colinda con Táchira. La compañía Simacota también opera en Apure.
Por otra parte, sostiene el Ejército Colombiano que la Comisión “Juan Velazco Porras” del ELN opera en Guarumito, municipio Francisco Javier García de Hevia del estado Táchira, que colinda con Puerto Santander, Colombia. Y que en territorio del estado Zulia operan las tropas especiales Capitán Caribe del ELN, al mando de alias Alexis. Todo el municipio Jesús María Semprún, está bajo su control. El centro de operaciones lo tienen en la población de El Cruce. Cerca de esa zona fue asesinado hace pocos días el teniente Roberto Carlos Ulpín González, de apenas 27 años de edad.
El ejército colombiano calcula que el ELN tiene el 60 % de sus tropas instaladas en los Estados Apure, Táchira y Zulia. A pocos kilómetros de Casigua el Cubo (Zulia) operan el Frente de Guerra Nororiental y el Frente Luis Enrique León Guerra. De acuerdo con las autoridades colombianas, hay poco más de mil hombres del ELN desplegados y muy activos en campamentos que se encuentran en territorio de la república Bolivariana de Venezuela.
Pero eso no es todo: la Fundación REDES, que dirige el profesor Javier Tarazona, ha denunciado en reiteradas ocasiones que en Táchira se sintonizan tres emisoras del ELN en los diales 96.7 FM, 95.5 FM y 90.1 FM. Una de ellas se llama Antorcha Estéreo. Conatel lo sabe, pero no ha hecho nada para sacarlas del aire. La revolución ha cerrado y quitado sus concesiones a no menos de 40 emisoras de radio en todo el país por el simple hecho de incluir en sus parrillas informativas programas donde se habla y se dice la verdad de todo cuánto está sucediendo en Venezuela en materia de hambre, escasez, delincuencia, corrupción e inseguridad. Pero a las emisoras del ELN nadie las toca.
La fundación REDES también denunció que “el ELN, a través del Frente Carlos Germán Velasco Villamizar, está a cargo de la repartición de las cajas CLAP en varios municipios del estado Táchira (…) entregan los alimentos y dejan mensajes según los cuales, hay que compartir el legado del comandante Hugo Chávez para superar la guerra económica; garantizando el amor a los niños y el abastecimiento soberano al pueblo”.
En el estado Bolívar, una joven minera que prefirió mantener su nombre en reserva, dijo que “el ELN no se parecía a ninguno de los otros grupos con los que había trabajado. A cambio de 10 por ciento del oro que los mineros extraen, el grupo guerrillero implementó cierto orden (…) el ELN incluso ayudó a garantizar que los alimentos subsidiados por el gobierno se distribuyeran en el lugar”.
Un informe de Insight Crime sostiene que “el ELN usa a Venezuela, particularmente al estado Apure, como un escondite para sus líderes y también como un centro de operaciones para realizar actividades criminales que incluyen secuestro, extorsión y tráfico de drogas. La Comisión de Fronteras de la Cuadrilla Domingo Laín, está a cargo de las acciones transfronterizas, incluyendo el tráfico de drogas”.
En conclusión: el ELN de Colombia nos ha invadido y se ha tomado el control de varios estados de Venezuela. Pero esa “invasión” no le preocupa a las FANB revolucionarias, anti imperialistas, socialistas, bolivarianas y chavistas que dirige el general Padrino López. Para la cúpula de la FANB hay invasiones buenas e invasiones malas. La invasión del ELN es muy buena. La supuesta invasión de EEUU es muy mala. El ELN quiere firmar la paz en Colombia, pero quiere traer la guerra a Venezuela.