ALTO
¿FARSA O FALSA?:
Me refiero a la democracia de la que Maduro pontificó, haciéndola suya, en la cadena tras el frustrado magnicidio donde “vio la muerte cerca”. Habló de elecciones en procesos limpios, respeto a los ganadores, aceptación de derrotas sin chistar y muchos otros galimatías que todos sabemos son falsos. Engañaron a todos negando el referendo revocatorio en 2016. No respetó el resultado de la contundente victoria opositora en la Asamblea Nacional de 2015. Trampearon resultados de Amazonas y aún no ha dicho la última palabra el rojo CNE; la declararon en desacato, nombraron un Tribunal de Justicia a su medida cuando les dio la gana; han escogido a sus rivales; han acabado con los principales líderes opositores que jugando democráticamente salieron victoriosos en diferentes elecciones; usan al CNE, TSJ, Contraloría, Procuraduría y otros entes oficiales para cercenar, disminuir, apresar, amenazar e irrespetar a los demócratas. Aquí señalamos hace dos meses que acabarían con PJ, comenzando por Julio Borges, tal como lo hicieron con VP y dirigentes de otros partidos. Usan el SEBIN y el DGCIM cuando les da la gana. Los temores de las elecciones de diciembre los mueven a las últimas escaramuzas con la careta quitada. Usan los encapuchados para comprometer, sin pruebas, a diputados y dirigentes que andan, temerosos de las garras rojas, únicamente por el camino constitucional. Se ufanan de haber lanzado a la diáspora a un alto número de diputados de la legítima AN. ¿La que debe aprobar el programa económico rojo para ser aceptado en organismos globales? ¿Democracia, pues?
MEDIO
AL ROJO VIVO:
“‘El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política’. La frase fue pronunciada por Simón Bolívar en su Discurso de Angostura el 19 de febrero de 1819. Casi doscientos años más tarde, las calles de Venezuela se llenan de protestas a diario dando cuenta de infelicidad, inseguridad social e inestabilidad. Ya no se trata de reclamos políticos, como los que protagonizaron las manifestaciones de 2017, consideradas como el período de reclamos de calle más largo de la historia contemporánea cuando se registraron 5.427 manifestaciones en el primer semestre del año, el más activo. Un año después, las voces se alzan para denunciar las condiciones de vida, exigir reivindicaciones laborales, reclamar las fallas en los servicios públicos y demandar respuestas de las autoridades”. “El Termómetro de la Calle -una iniciativa de TalCual, El Pitazo y Runrun.es- nace para llevarle la temperatura a la protesta gracias a instrumentos desarrollados junto a ORC Consultores y que permiten dar cuenta de cómo los municipios del país se inundaron de reclamos durante el primer semestre del año, a razón de casi 7 manifestaciones por día para un total de 2.403. El contraste con 2017 es evidente, pero la disminución global del registro da pie a otra comparación: el protagonismo del reclamo por razones sociales.”