Domingo Alberto Rangel: Un frente de soluciones

Domingo Alberto Rangel: Un frente de soluciones

Domingo Alberto Rangel @DomingoAlbertoR

Lástima que eminentes siquiatras del pasado no estén con nosotros y que los más brillantes exponentes de generaciones más jóvenes hayan emigrado.

Con ofrecer un diagnóstico acertado del mal que aqueja a la clase política venezolana, principal pero no única responsable del empobrecimiento generalizado, quien quita que algunos de nuestros galenos siquiatras fuese considerado para el Nobel de Medicina.

Un viaje al norte del Guárico desde la capital, aparte de triste y desesperanzador, sirve a los fines de forjar el expediente que futuras generaciones le han de hacer a quienes han dirigido, incluso desde trincheras diferentes, el país desde una posición señera en el sub continente hasta casi ser nosotros el faro de cola en Sudamérica.

Las carreteras y autopistas ahora son poco transitadas lo cual señala la brutal caída económica del país sin meterme a tomar partido a favor de quienes como yo creemos que la responsabilidad le corresponde a la ideología del socialismo, buena para repartir la riqueza que existe en determinado momento pero pésima pócima si se quiere crear capital… o la guerra económica que existe como que es seguro que uno sería atacado por un león al que le halemos la cola.

En los hombrillos y veras del camino desaparecieron hace rato, debido a la conjunción de altos precios, escacéz de efectivo y pobreza de los posibles compradores, los mangos, las panelas de San Joaquín, las botellitas de miel campesina, y en general los manjares caseros que contraviniendo la ley se ofrecían en vías y autopistas.

La interminable recta que anuncia la llegada a Villa de Cura, donde otrora se manufacturaban sillas de montar, látigos, sogas y artículos de talabartería en general… está llena de locales cerrados y más solas las aceras que cementerio al anochecer.

En los límites de Aragua con el Guárico un vendedor de queso al que le reclamo el precio me comenta que el alza es producto del abuso de un alcalde a quien piensan boicotear dejando de comprar el producto.

Este sujeto y me refiero al alcalde de los Esteros de Camagúan, Guárico, Jhonder Simanca, mezcla de jefe civil gomero y personaje de Doña Bárbara, ignorante no solo de la ciencia económica que afirma haber estudiado, sino de la observable realidad… pechó el queso que allí se produce… con un 15 % con lo que en materia de voracidad fiscal le gana por tres cuerpos al IVA.

Apunto que según el vendedor de queso que terminó bajándome el precio, los aragüeños semanalmente le compran doscientos cincuenta mil millones de bolívares –con razón le van a quitar cinco ceros a la moneda-… todo para que este alcaldito de un municipio empobrecido se embolsique treinta y siete mil quinientos millones cada siete días.

Dinero del que no da cuenta entre otras cosas porque al pechar el queso elude la resolución N°010/18 emitida por la Jefatura del Comando para el Abastecimiento Soberano, léase del Ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, que expresamente establece que “las gobernaciones y alcaldías no podrán ejecutar acciones de control y distribución de alimentos, que impliquen la retención porcentual de rubros alimenticios a los productores, distribuidores y prestadores de servicios de los diversos sectores en materia alimentaria”.

El daño a la población está claro así como la violación a la legalidad pero… ni los políticos del gobierno abren la boca… ni los opositores proponen solución alguna… prefieren seguir el mediocre espectáculo de la polarización y discutir en los medios por ejemplo si en la avenida Bolívar hubo un “magnicidio fallido” o “un presunto evento”.

Pero lo que acabo de señalar como “daño” no es un accidente regional y más bien caracteriza todo el territorio nacional: Moviéndonos hacia el Oriente, en el estado Sucre la semana que termina significó luz verde para invadir casas momentáneamente vacías porque sus dueños se han marchado.

El gobernador cuyo mandato obliga a proteger la propiedad como principal garantía de progreso, deja hacer a los ladrones y ni siquiera propone expropiar de acuerdo a la ley.

Los dirigentes de la oposición callan porque suponen que entre los invasores hay muchos habitantes del populoso “Barrio de las Putas” y allí hay muchos votos para futuros concejales.

Pienso que se equivocan estos opositores tapa amarilla en sus cálculos electoreros pero lo peor es carecer de la entereza moral que exige el momento.

Y en las cercanías al estado Sucre los camiones que cargados de alimentos transitan las carreteras desde Puerto La Cruz digamos hasta Guiria… viajan escoltados por camiones del ENB porque de otra manera los saquean. En este caso tampoco los políticos del gobierno y de la oposición… dicen nada… simplemente callan mientras en otras localidades surgen émulos del alcalde de los Esteros de Camaguán que cantaba Juan Vicente Torrealba o de las turbas de Boves.

En las carreteras una vez sí y otras no, policías y militares ilegalmente pechan –roban- transportes de hortalizas, de electrodomésticos y hasta esculcan en las cercanías del aeropuerto internacional de Maiquetía, los bolsillos de viajeros para cargarse los pocos dólares que hoy se pueden juntar para un viaje al exterior o lo que sobre al retorno.

¡Y nadie de la casta política del gobierno y de la oposición, o casi nadie dice nada!

Y ese “casi” lo escribo pensando en monseñor Mario Moronta, sacerdote de vuelo nacional, que la Iglesia dejó abandonado en el Táchira, quien en días pasados criticó acerbamente la actitud de militares y policías que en cada alcabala roban a sus fieles productores de hortalizas quienes abastecen media Venezuela en esos rubros.

¡Bravo por don Mario! pero que tristeza por los políticos de uno y otro bando que ante los inmensos problemas a la vista callan… como si estuviesen locos… no presentan soluciones… lucen incapaces de unirse aún cuando sea momentáneamente, a pesar de que una elección no está a la vista.

Y más tristeza da cuando quienes tenemos soluciones tampoco damos el primer paso para con humildad formar un frente unitario opositor, capaz de buscar soluciones, acabar con tanto abuso, estupidez y desvergüenza.

Por difícil que parezca hay que atreverse y que futuros siquiatras se encarguen de hurgar en el basurero de la historia para probar sus teorías sobre el fracaso de la actual clase política venezolana.

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