Nerviosos y atormentados, los venezolanos estuvieron abarrotando desde el jueves los mercados y formaron largas colas horas antes de que este lunes se haga efectiva la reconversión monetaria que eliminará cinco ceros de los precios en respuesta a la hiperinflación que ha hecho el dinero cada vez más inútil.
Los compradores buscaron asegurarse de que sus casas estuvieran llenas de alimentos antes de que la medida decretada por el presidente Nicolás Maduro entre en vigencia el lunes, por preocupaciones de que la confusión entre los comerciantes y los sistemas bancarios sobrecargados podría hacer que el comercio sea imposible.
La inflación alcanzó el 82.700 por ciento en julio a medida que el modelo económico socialista del país continúa desentrañándose, lo que significa que la compra de artículos básicos como una pastilla de jabón o un kilo de tomates requiere montones de efectivo que a menudo es difícil de obtener.
Comprar un kilo de queso, por un valor equivalente a $ 1.14 según la tasa de cambio más utilizada, requiere 7.500 billetes de 1.000 bolívares, un billete que entró en circulación en 2017, y que además era escaso.