La guerra  psicológica contra Venezuela, por José Amalio Graterol Jatar

La guerra  psicológica contra Venezuela, por José Amalio Graterol Jatar

José Amalio Graterol Jatar @paraguanamalio

 

 

@paraguanamalio





El 7 de julio de 1814, ante la arremetida de Boves, los patriotas de Caracas decidieron emigrar hacia el oriente de Venezuela. Recogieron sus pertenencias y para salvar sus vidas y las de sus familiares abandonaron la ciudad. Se reseña este hecho como uno de los más trágicos de la guerra de independencia, en el cual los patriotas de Caracas, perdieron o abandonaron sus pertenencias y a gran cantidad de ellos les segaron en la huida, sus vidas, víctimas de la soldadesca realista. Hombres, mujeres y niños de todas las edades temerosos de la crueldad de Boves, huyeron despavoridamente. Psicológicamente ante la bestialidad de Boves los patriotas estaban derrotados. Hoy ante los efectos devastadores del gobierno contra los habitantes del país huyen miles de venezolanos diariamente, aterrorizados por las consecuencias de la “revolución bonita”.

No existían las armas químicas que hoy preocupan a la humanidad y cuyo uso ha desencadenado a su vez, guerras y serias confrontaciones bélicas. Los seres humanos se sobrecogen de espanto ante el posible empleo de las armas químicas.

Ahora bien, es forzoso  señalar que tan grave como el uso de las armas químicas, son las guerras psicológicas que son ejecutadas magistralmente, con dominio estudiado a la perfección, para someter países enteros al miedo y las más abyectas represalias, como en nuestra nación: caracterizadas por discriminaciones odiosas, muertes por desnutrición y a mengua por falta de asistencia médica y medicinas, cientos de miles asesinados víctimas de la violencia de malhechores y policías con licencia para matar a través de las OLP, no hay reposo ni esparcimiento, para los ciudadanos, todos dedicados a cubrir necesidades elementales y asediados por cadenas de radio y TV, amenazados directamente por Maduro y sis áulicos, un compendio de guerra psicológica, sin freno, ni contención alguna, bien planificada y ejecutada a perfección.

Un capítulo de la guera psicológica desarrollada contra los venezolanos ocurrió hace seis años cuando la explosión de Amuay el llamado “comandante supremo” vino a Paraguaná y exculpo a los responsables y expreso la célebre frase del “show debe continuar”. A los guardias sorprendidos por la infausta explosión los renombro como batallón heroico  y desde  el momento en que llegó a Paraguaná termino el rescate de las víctimas mortales y se procedió a cerrar el ciclo de búsqueda y comenzó el más cruel de los ocultamientos No hubo más muertos, sino desaparecidos..Total eso no tenía importancia las víctimas eran venezolanos y por añadidura  paraguaneros en su mayoría, la vida y destino de nosotros  es insignificante ante la revolución.

Hoy en pleno siglo 21,el mundo contempla anodado y sin reacción, como  sin que haya habido guerra, los venezolanos deciden emigrar de su país pues ya  no les pertenece: chinos y rusos se  apropiaron del oro y del petróleo los bárbaros que saquearon PDVSA y los cubanos castristas inmutables disfrutando de la riqueza venezolana.

Huyen  miles a diario de cualquier manera, muchos afirman estentóreamente que prefieren morir que volver a su tierra y en el colmo de la ruindad Maduro llama a los que huyeron,  limpia pocetas y pretende apropiarse de las remesas de quienes a costa de su sacrificio personal envían recursos a sus familiares en Venezuela.

La guerra psicológica  ha sido fríamente calculada, obedece a un plan macabro de estigmatización de los venezolanos nunca vista semejante  aberración política social, de carácter criminal. Con el agravante de que  ciertos dirigentes de oposicion durante muchos años se han aferrado a una unidad sin acción apropiada y  pidiendo elecciones, nos arrojan en brazos de la guerra psicológica, sin importar el árbitro y ante los fraudes cometidos descaradamente, la desesperanza se afirma aun más en el alma popular.

La ruta  en la lucha por la libertad está trazada, y en la misma debemos  aceptar que la guerra psicológica contra los venezolanos debe ser enfrentada con eficacia, no podemos obviarla, es muy importante que se desmonten los mecanismos de la misma, solo lo lograremos mediante su estudio y confrontación en el mismo terreno. Somos civiles desarmados y pacíficos, por eso debemos enfrentar el nucleo de toda la acción de la  dictadura que no es otro  que la guerra psicológica contra los venezolanos. La emigración de tantos compatriotas debe ser estudiada con mucha seriedad y profundidad. Por esa razón rechazo la burla del gobierno a losque emigran y la pastosa imprecación de quienes quieren que la gente “venga a echarle bolas aquí”, pero bajo su desmañada y anti democrática dirección constituida por dirigentes eternizados en los cargos y que no conocen las angustias y decepciones del pueblo.

La libertad es el más preciado de los bienes, hagámosla posible. con habilidad, profundidad y decisión.