Lo que comenzó como el proyecto piloto de crear un carnet para otorgar beneficios sociales a los más necesitados, a partir de ahora -con la llegada del nuevo plan económico y monetario en Venezuela- se ha convertido en la columna vertebral del régimen en su nueva era de «restauración del socialismo», reseñó ABC.es
En menos de un año, el llamado «carnet de la patria», el nuevo documento de identificación que desplazó al DNI venezolano, se ha vuelto fundamental para tener acceso a la salud pública, participar en las elecciones, recibir bonos por cualquier día festivo y hasta para obtener gasolina subsidiada y no a precios internacionales.
El Gobierno ha aplicado la frase «lento pero seguro» para implantar el carnet de la patria en la vida de los venezolanos. Bajo el chantaje de la gasolina a menor costo, casi siete millones de venezolanos se han visto forzados ha acudir al Censo de Transporte en estos últimos días y hacerse con la documentación. De esa manera, Nicolás Maduro aumentó la polarización entre los ciudadano: por un lado los que no necesitan las dádivas del régimen y, por otro, los que siguen creyendo en el proyecto madurista que tiene arruinada y en crisis a la nación.
El pasado lunes, varios chavistas entraron en la popular estación de Capitolio del metro de Caracas mostrando sus primeros billetes de «bolívar soberano» a los demás pasajeros. «Miren lo que me dieron en el telecajero por el bono del carnet de la patria», dijo uno de ellos mostrando dos billetes de 5 bolívares. «Es un millón de los antiguos… cuándo en mi vida iba a ser millonario», exclamó lleno de alegría.
El bono soberano
Entre las medidas económicas que anunció el pasado viernes, el presidente venezolano prometió una compensación económica a los portadores del carnet para compensar el fuerte impacto del «paquetazo». Para ellos un bono de 600.000.000, hoy 600 bolívares soberanos, que no alcanza para comprar la cesta de la compra para una familia de cuatro personas.
Andrés Velásquez, coordinador de la Causa R, dijo a ABC que Maduro ha querido «someter a los venezolanos a las dádivas y la limosna, a ser pedigüeños, cuando debió estimular el esfuerzo y el trabajo propio para tener dinero y sacar al país adelante».
El bono de reconversión monetaria comenzó a ser depositado este lunes a un ritmo de 200.000 venezolanos por hora. Así lo informó la vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez, que señaló que 2 millones y medio de venezolanos por día serán recompensados y que para el jueves se habrá completado el proceso para los 10 millones de poseedores del carnet.
«Estoy feliz porque el Gobierno está pagando lo que prometió», dice Carmen Ortíz. A su lado, otra señora comenta: «pero eso es comida para hoy y hambre para mañana, ya verá como su alegría no le dura nada, todos los productos van a aumentar».
Nicmar Evans, chavista disidente y director de Marea Socialista, dijo a ABC que coincidía con Andrés Velásquez pero «recomendamos a los portadores del carnet que reciban el dinero que ofrece el Gobierno porque es un derecho. La gente sabe que el trabajo no vale nada pero eso no es vender su conciencia. Nosotros apoyamos las protestas».
Para los venezolanos que viven en los sectores populares este regalo del chavismo les calmará el hambre casi un mes. Por eso muchos celebraron la compensación económica y esperan con ansias que el Ejecutivo se encargue de sus nóminas por los próximos 90 días como prometió el mandatario para sacar al país de la crisis.
Paro nacional
En el primer día del paro contra el «paquetazo rojo» de Nicolás Maduro convocado por algunos sectores de la oposición, los informes indicaron que se cumplió entre un 60 y 70%, dependiendo de la zona y el Estado. Portavoces de la oposición indicaron que es el primer paso de una escalada de protestas para forzar la salida del mandatario venezolano.
A pesar de que el país está en un paro técnico desde hace varios meses por la crisis económica, diferentes líderes políticos tomaron la iniciativa de convocar un paro nacional de 48 horas para no quedarse con los brazos cruzados ante el conjunto de medidas de austeridad impuestas por el Gobierno.
Andrés Velásquez, sindicalista y excandidato, que estuvo a punto de ganarle a Rafael Caldera la Presidencia de Venezuela en 1993, no tiene fecha para la salida de Maduro, pero siente «que será pronto» si se dan una serie de condiciones como la unidad de los partidos políticos con la sociedad civil y la unificación de las protestas dispersas actualmente por sectores como la de las enfermeras y médicos.
Por ahora los principales líderes que encabezan el paro nacional de ayer, según Velásquez son el Frente Amplio Venezuela Libre, los gremios profesionales, sindicatos, la Iglesia, y algunos partidos políticos de la oposición. «No voy a mencionar a los que no quieren unirse sino a los que sí apoyan el paro», dijo.
«Este pueblo protesta y rechaza todos los días al régimen. Le dice no al fraude y a la estafa de Maduro. Nuestro objetivo es convocar a una huelga general indefinida», explicó mientras hacía el balance del paro a nivel nacional.
La huelga convocada concluyó ayer por la noche y hoy se esperan nuevas instrucciones. «Ya anunciaremos los próximos pasos», añadió el dirigente de la Causa R al mencionar que varios estados como el Zulia, Aragua, Apure y Falcón, 4 de los 23 Estados del país, no han podido participar en la protesta de paralización de actividades.