Diana de Gales se convirtió en un icono del «street style» por su éxito al arriesgarse con estilismos imposibles, publica ABC
Más de dos décadas después de su desaparición, Lady Di sigue siendo un icono y fuente de inspiración de diseñadores y artistas. La reina de corazones era humana y cercana, rompió la distancia que separa al pueblo de la alturas de la sangre azul.
Rompió también los cánones de estilo, cuando correspondía, cumplía con el protocolo más estricto con una naturalidad pasmosa, pero sabía combinar prendas imposibles y vistió con elegancia prendas relegadas a los ambientes más informales: desde las mallas de ciclista a las camisetas de deportes o las prendas oversize.
Uno de sus prendas más características era una enorme sudadera en color crema que llevaba estampadas las siglas U.S.A en rojo en el frontal. La firma Ralph Lauren y es tan discreta como carismática, fueron este tipo de los estilismos los que convirtieron a la princesa en una musa del «street style».
Se la regaló a Deborah Gribble, la azafata de confianza del Jonikal, el yate más lujoso de los Al-Fayed. A fines de julio de 1997, Al-Fayed recibió a Diana y sus dos hijos, William y Harry, en un crucero por el sur de Francia a bordo de este navío.
Fue apenas un mes más tarde cuando Diana y Fayed compartieron un crucero privado por la Riviera italiana y, antes de volar de Atenas a París el 30 de agosto; Gribble recibió la sudadera, fue uno de los cinco miembros del personal que se unieron a la pareja en el vuelo. Al día siguiente Diana, Fayed y el conductor Henri Paul fallecieron en un accidente automovilístico en el túnel de la carretera Pont de l’Alma mientras intentaban evadir a los paparazzi.
La azafata acaba de desprenderse del recuerdo de la reina de corazones. Confió su venta a la casa de subastas RR Auction, de Boston. La puja incluirá otros objetos personales de la princesa, incluida una fotografía en la que posa, con su prenda más icónica.