La salida de los venezolanos hacia otros países crece diariamente. Los datos que maneja la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) son que desde 2005 hasta 2017 un total de 1.622.109 venezolanos están en el exterior. Estos números no incluyen lo que va de año, y tampoco aquellos que ingresan de forma irregular, tomando en cuenta el problema que significa obtener o renovar el pasaporte en el vecino país.
Por La Opinión
Colombia y los países de América del Sur son los mayores receptores de los inmigrantes venezolanos, siendo el país el más desbordado por la ubicación geográfica. Sobre estos aspectos debatieron la academia colombiana y la europea en la primera jornada internacional de migraciones, caso Venezuela, organizada por la Universidad Libre en Cúcuta.
Afrontar el fenómeno migratorio desde una organización transfronteriza, trazar estrategias conjuntas, y atenciones concertadas por los estados receptores fue el punto de encuentro entre los especialistas invitados.
Mario López Garelli, asesor del secretario ejecutivo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, fue muy enfático en este aspecto al señalar que este no es un problema exclusivo de Colombia. “Sí es cierto que Colombia tiene un interés histórico, fraternal y geográfico, pero este es un problema que excede la capacidad de un solo estado para solucionarlo”, dijo.
Precisó que la responsabilidad es de todos los estados americanos, donde cada una debe promover la cultura del respeto por el que llega, y atender las necesidades básicas. Además, enfatizó que la detención debe emplearse por las autoridades como la última alternativa para los inmigrantes irregulares.
La profesora de sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona y directora del Centro de Investigaciones de Migraciones Interuniversitario, Sonia Parella Rubio, explicó los fenómenos migratorios en Europa, y aseguró que a pesar de ser dos contextos diferentes la solución es única: proteger los derechos humanos de los inmigrantes. Aseguró que los estados de forma aislada muy difícilmente van a poder encontrar una salida o solución a este tipo de situaciones.
Indicó que al establecer una comparación en Europa de lo que está sucediendo con los caminantes venezolanos, estos se asemejan al flujo de personas de África concentradas en Libia, donde no tienen ningún tipo de acceso a la regularidad y que incluso arriesgan sus vidas con las mafias para llegar a costa de lo que sea.
La academia
Para María Margarita Echeverry, profesora de la Pontificia Universidad Javeriana, sostuvo que ha existido una separación de las universidades y las entidades gubernamentales en la toma de decisiones en políticas públicas que ha tomado el estado colombiano con respecto al fenómeno.
Enfatizó que hay una descoordinación entre las diferentes entidades involucradas.
“Las organizaciones sin ánimo de lucro son las que están llevando sobre sus hombros toda la entrada de emergencia de atención humanitaria de los inmigrantes. Pero las oenegés hacen lo que pueden y se han desbordado sus capacidades. La OIM presenta sus cifras, y que bueno que esté trabajando, pero el trabajo debe ser de forma concertada, no podemos seguir la academia por un lado, las entidades por otro, las oenegés por otro y las comunidades también de otro lado”, dijo.
Por su parte, el secretario departamental de fronteras, Juan Carlos Cortés, indicó que actualmente se tiene una ordenanza a través de la cual se busca trabajar no solamente de forma articulada con las universidades con respecto a este tema, sino articular recursos en el proceso de investigaciones.
“De los resultados de esas investigaciones podemos tomar soluciones y alternativas para lo que está sucediendo en el departamento con esta situación de la migración venezolana”, dijo.
Cortés aseguró que las universidades están trabajando sobre este fenómeno desde el 2016, pero enfatizó que muchas de estas investigaciones se quedan guardadas en el interior de las casas de estudios superior. “La academia debe ser fundamental para ayudar a construir las políticas públicas del departamento”, enfatizó.