El presidente francés Emmanuel Macron, enfrenta este martes un cambio de gabinete, cuando las encuestas señalan un hundimiento de la aprobación de su gestión y mientras crece la oposición a una controvertida reforma fiscal.
AFP
El líder centrista empezó las vacaciones del verano europeo sacudido por el escándalo de su exjefe de seguridad, Alexandre Benalla, que fue filmado cuando golpeaba a dos manifestantes durante las protestas del 1 de mayo.
A Pocos días de terminar el receso estival, se enteró por una entrevista radial de la renuncia de su ministro más popular, Nicolas Hulot, de la cartera de Medioambiente, que tomó su decisión sin consultarlo ni prevenirlo.
Horas antes de que se conozca la remodelación de su gabinete, Macron recibió una nueva estocada, esta vez de parte de la ministra de Deportes Laura Flessel, que anunció su renuncia “por razones personales”.
Flessel quiere “quiere recuperar su libertad y actuar de manera diferente” y su renuncia “no tiene relación con cuestiones presupuestarias”, señalaron desde su entorno.
Pero la partida de la excampeona olímpica de esgrima, de 46 años, se produce en un momento en que el movimiento deportivo francés está preocupado por sus recursos, un año después de obtener la adjudicación de los Juegos Olímpicos de 2024 en París.
Para agregar una complicación más, desde hace unos días el gobierno está enredado en la implementación de una revolución fiscal francesa que supone desde 2019 cambiar el método de recaudación el impuesto sobre la renta.
Estas dos peripecias desdibujaron la imagen voluntarista, decidida y reformista que encarnó Emmanuel Macron desde su llegada al poder en 2017.
Estos tropiezos han caído mal al jefe de Estado, cuyo nivel de confianza se desplomó a 31%, el más bajo desde que asumió la presidencia en mayo de 2017, según una encuesta Ifop publicada el martes.
Es una “semana de las decisiones cruciales para Macron”, tituló el diario Le Monde en su edición del martes, mientras que su editorialista menciona “la necesidad de conjurar la frustración” que genera ahora la acción presidencial.
“Dieciséis meses después de su llegada al poder, Emmanuel Macron busca su baraka” (fortuna), dijo Nicolas Beytout en el diario conservador L’Opinion.
“¿Júpiter trona o Júpiter vacila?”, ironizó Laurent Joffrin, director del diario Libération (centroizquierda), en una referencia a uno de los sobrenombres del presidente francés, también definido como monárquico y napoleónico.
Como presidente “hay días que son fáciles y otros que no”, admitió Emmanuel Macron el lunes cuando visitó una escuela para marcar el reinicio del año escolar.
– Reestructuración complicada –
Prima el misterio sobre la envergadura de la reestructuración ministerial después de la renuncia de Nicolas Hulot, una de las figuras más populares de su gobierno, que dio un portazo la semana pasada tras lamentar que se sentía solo en el gobierno en su defensa de la ecología.
“Dado lo que Nicolas Hulot encarnó, será difícil hacer una simple reorganización puesto por puesto. Estoy a favor de un reequilibrio, aunque sea mínimo, sabiendo que este gobierno durará sin duda hasta las elecciones europeas” de mayo de 2019, estimó una fuente del partido oficialista, La República en Marcha, bajo condición de anonimato.
La reforma de la recaudación del impuesto sobre la renta es un tema técnico pero que afecta el bolsillo de los franceses.
Este martes, Macron debía reunirse con el ministro de Cuentas Públicas Gérald Darmanin para intentar disipar la aparente confusión sobre este asunto.
El plan del gobierno es que desde el 1 de enero de 2019 las empresas debiten el impuesto sobre la renta directamente de los salarios de los trabajadores.
Pero las dudas abundan y van desde los temores de un error informático cuando las empresas hagan esta retención mensual hasta la resistencia al cambio de las empresas y los sindicatos, pasando por el temor de que la disminución del salario neto disponible cause un shock psicológico que afecte el consumo y por ende el crecimiento económico.
Francia es uno de los raros países europeos que no utiliza el sistema de retención directa al salario para recaudar el impuesto sobre la renta.