El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, viajó este miércoles a Carolina del Norte, el estado más afectado por el paso del huracán Florence, y prometió un apoyo duradero a las autoridades locales, aunque también mostró especial interés por el estado de una región donde él posee un club de golf. AFP
El mandatario visitó unas instalaciones de la Armada en Cherry Point (Carolina del Norte), donde alabó la labor de los equipos de rescate y lamentó la pérdida de al menos 36 vidas como consecuencia de la tormenta que ha golpeado en la última semana pasada el estado.
“Estados Unidos sufre con ustedes, nuestros corazones se rompen por ustedes. Estamos con ustedes hasta el final”, aseguró Trump en una reunión con funcionarios estatales y locales.
“Algunas de las inundaciones son épicas, es difícil creerlo. Por desgracia, el dinero (para reconstruir el estado) será mucho. Pero llegará tan rápido como lo necesiten”, prometió el presidente, que subrayó que su Gobierno responderá “al 100 %” a las peticiones de los estados afectados por Florence.
Trump preguntó a uno de los funcionarios afectados cuál era la situación en el lago Norman, cerca de la ciudad de Charlotte.
“Me encanta esa zona. No puedo decirles por qué, pero me encanta esa zona”, dijo el presidente, sin mencionar que uno de sus clubes de golf está ubicado en la orilla del lago Norman.
El mandatario tiene previsto visitar también Carolina del Sur, que también sufrió inundaciones debido al paso de Florence, que se ha convertido ya en una tormenta postropical de baja presión y se ha desplazado hasta el norte.
Las autoridades elevaron hoy a al menos 36 la cifra de muertos como consecuencia del paso de Florence, de los que 27 fallecieron en Carolina del Norte, otros ocho en Carolina del Sur y uno en Virginia.
“Nuestra gente todavía está sufriendo”, afirmó el gobernador de Carolina del Norte, el demócrata Roy Cooper, en la reunión con Trump.
Alrededor de 10.000 personas “siguen en refugios” debido al daño ocasionado por el huracán a sus viviendas solo en Carolina del Norte, donde aún hay “miles de personas” que no han recuperado la electricidad en sus hogares, explicó el gobernador.
Después de esa reunión, Trump se dirigió a la localidad costera de New Bern, donde las fuertes inundaciones dañaron más de 4.300 viviendas y obligaron a rescatar a al menos 400 personas, según informes de prensa.
Trump repartió cajas con perros calientes y otros alimentos a algunos de los habitantes del pueblo, que se acercaban en sus vehículos y bajaban la ventanilla para recibir la comida.