“La UPEL de Maracay, apenas es una muestra de la dramática situación en la que se encuentra la universidad venezolana al abrirse un nuevo año lectivo, lo cual urge del interés y del compromiso de todas las fuerzas y corrientes democráticas no sólo para salvarla, sino para recobrarla junto al resto de las universidades como una herramienta y experiencia de ciudadanía que nos permita llegar efectivamente al siglo XXI, evidentemente retrasado”, expresó el diputado Luis Barragán, miembro de la Fracción Parlamentaria 16 de Julio al encontrarse en la sede del Instituto Pedagógico “Rafael Alberto Escobar Lara” de la capital aragüeña.
Observó el parlamentario el nivel de deterioro de las instalaciones, con una crecida maleza y espacios propicios para la acción del hampa común que no es motivo de preocupación de las autoridades públicas que únicamente privilegian la represión política.
“A simple vista, podemos constatar que no hay aula sin una gruesa reja de resistente metal que procura resguardar los costosos y ya irreemplazables recursos didácticos, pupitres, pizarrones y libros ante el hampa, aunque esos barrotes pueden ser más caros todavía. Esta dictadura pretende reducir la universidad venezolana a una vulgar prisión, estimulando la deserción estudiantil y docente, que la desvíe de una sociedad libre, la de la información y el conocimiento estratégico, para facilitar la entronización de un totalitarismo ágrafo y desgraciado”.
Finalmente, el diputado de Vente Venezuela insistió en que la Asamblea Nacional debe dar un debate a fondo en la materia, real y útil, tal como la Fracción 16 de Julio lo solicitó en 2017.