El secuestro constituye un delito que es calificado por el Dr. Miguel Dao experto en la materia, como “abominable que material y emocionalmente afecta no solamente al plagiado, sino a la sociedad en general por ello, la política debe usarse para aunar esfuerzos en la lucha contra el crimen”.
Dao considera que lucha contra este flagelo amerita coordinación, mancomunidad, recursos y la mejor disposición de enfrentarlo. El secuestro o muerte suspendida (súbita).
Explica también que los ciudadanos deben ser parte importante de la solución.
Quizás el estar distraído o descuidado y no prestar la debida atención en las calles, avenidas o vías de la capital, puede ser una debilidad que aprovecharían los delincuentes para perpetrar este hecho punible.
De acuerdo con un caso analizado ocurrido en el mes de septiembre, a plena luz del día, la víctima fue privada de su libertad de manera ilegítima por sus captores en la urbanización La Florida, a plena luz del día y cerca de una reconocida panadería de la zona.
Según el testimonio a la víctima “la agarraron entre varios hombres cuando se estaba regresando a su vehículo, tenían pistolas, y en el trayecto la cambiaron varias veces de carro, como en dos o tres oportunidades”.
Tras la solicitud de pago para la liberación, los delincuentes lo hicieron en un Toyota Corolla de los nuevos y la pretensión fue retirar el botín en una reconocida farmacia que posee una gran pantalla de led, y que está en la misma zona donde se perpetró el secuestro.
El ex director del Cicpc enfatizó la importancia de la denuncia oportuna ante los cuerpos de seguridad del estado, y tener confianza en las instituciones. Aun cuando este delito ha reportado un descenso, no se debe bajar la guardia, inclusive estar más atento debido a su migración al robo y hurto en inmuebles.
Agrega que tanto la dirigencia y autoridades deben entender la importancia que tiene este delito, por el impacto que genera en la sociedad, de una manera confluyente y prestar su mejor disposición para enfrentarlo, situación que debe traducirse en el mejor de los esfuerzos para, desde los diferentes cuerpos de policía atender la
problemática para que se traduzca en efectividad.
Sostiene que la prevención constituye un 90 % en la fórmula para evitar ser secuestrados y nos refiere algunos consejos de que hacer en caso de secuestro:
Desde el primer momento, la víctima debe hacer todo lo posible por permanecer
sereno, callado y hasta donde sea posible seguir las instrucciones y no contrariar a
sus victimarios.
No debe intentar identificar a sus plagiarios, eso le puede costar la vida, tampoco
debe intentar escapar o intentar salirse del espacio en el que lo tengan.
Tratar de establecer por medio de la conversación una relación con los victimarios,
para evitar agresiones excesivas y salir lo mejor librado posible.
Proporcionar para la comunicación el número celular de la persona que en el guión
particular de cada familia haya sido previamente designado como contacto, para de
esta manera, evitar dispersar la comunicación.
En la medida de lo posible registrar información, detalles y referencias durante el
cautiverio.
La víctima de un secuestro jamás debe pensar que sus familiares no están haciendo
nada para lograr su liberación o, tardando mucho en pagar el rescate al contrario,
están haciendo todo lo posible por solucionar su situación.
La familia debe denunciar el secuestro ante las autoridades correspondientes y ser
discretos, sólo se debe trascender al seno familiar.
Entendiendo que la denuncia, en el proceso resulta fundamental, esta conlleva contar con la asistencia de especialistas en el proceso de negociación.
Conservar la calma, limitar sus contactos telefónicos para evitar fugas de información.
No realizar investigación alguna en forma personal. No tomar decisiones precipitadas.
No pagar ningún rescate sin prueba de vida previa.
Considerar que el secuestro obedece a dinero y no a venganzas personales.
Cuando finalmente hayan liberado al familiar, dependiendo del caso, considerar
hacerle un perfil médico y/o psicológico.
Luego se le debe dejar que se exprese y no presionar para que hable sobre su
estancia en cautiverio.