Femsa, que opera el mayor embotellador de Coca-Cola en el mundo, dijo el lunes que “adecuará” sus operaciones en Venezuela como consecuencia de la prolongada crisis y la hiperinflación que impactan en la producción y el consumo.
La información dada a Reuters por el director de Asuntos Corporativos de Coca-Cola Femsa, José Ramón Martínez, sigue a una reunión la semana pasada entre la empresa, un grupo de trabajadores y funcionarios del Ministerio del Trabajo en la que, según un líder sindical, habrían informado la necesidad de recortar la nómina en Venezuela en más del 40 por ciento.
“En coordinación con autoridades de Venezuela y colaboradores de la compañía estamos revisando la adecuación productiva al mercado actual, siempre manteniendo intacto nuestro compromiso de continuar con las operaciones en el país”, dijo Martínez en declaraciones vía correo electrónico.
Daniel Montilla, secretario del sindicato de la planta de Femsa en la ciudad de Valencia, en el central estado Carabobo, dijo que en la reunión la empresa notificó a un grupo de empleados que haría una revisión de la producción y del número de trabajadores.
“Estamos en una mesa de conciliación que abrió la empresa por un supuesto peligro de extinción que admitió el Ministerio del Trabajo (…) La empresa ha dicho que necesita reducir personal y suspender algunos beneficios”, agregó Montilla.
Femsa, que cotiza en la bolsa mexicana, tiene cuatro plantas y 26 centros de distribución en Venezuela. La nómina es de 4.800 trabajadores y la medida contemplaría la salida de unos 2.000 empleados, más del 40 por ciento, advirtió el sindicalista.
La empresa no aportó detalles sobre una eventual reducción de personal. El Ministerio del Trabajo de Venezuela tampoco respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
De confirmarse la medida, Femsa se sumará a otras multinacionales que han reducido su tamaño en el país petrolero, donde un quinto año de recesión e hiperinflación que supera el 480.000 por ciento anual -según cálculos independientes de la opositora Asamblea Nacional- han afectado la demanda de los consumidores y ha provocado la migración de casi dos millones de venezolanos desde el 2015.
Las restricciones para importar materia prima y las férreas regulaciones del Gobierno izquierdista del presidente Nicolás Maduro han llevado a las multinacionales a minimizar sus operaciones y mantenerlas en bajos niveles.
Montilla, portavoz de los trabajadores, dijo que la empresa alega tener problemas por las bajas ventas. “Ellos dicen que la materia prima se ha hecho muy costosa, aumenta entonces el precio del producto y no se está vendiendo casi”, comentó.
Coca Cola Femsa en Venezuela “nuevamente intenta reinventarse con una estrategia de negocio integral y flexible que le permita seguir operando”, añadió.
Hace dos años Coca Cola tuvo problemas con el suministro de azúcar y de envases, que la llevó a paralizar por semanas su actividad.
Una botella de litro y medio de bebida cuesta unos 400 bolívares, cerca de 2 dólares a la tasa de cambio del mercado paralelo, que representa un 24 por ciento del salario mínimo en el país de 1.800 bolívares.
Carmen González, una secretaria de 42 años, dice que todas las semanas compraba refrescos. “Ahora lo pienso por el precio, mi salario tiene otras prioridades”, apuntó.
Reuters