Profesores de la Simón Bolívar: Los sueldos de hambre demuestran el desastre económico en Venezuela

Profesores de la Simón Bolívar: Los sueldos de hambre demuestran el desastre económico en Venezuela

Foto: Prensa APUSB

 

Los sueldos de hambre son la más dramática demostración del desastre económico en Venezuela
“Después de dos meses de implantadas por parte del gobierno nacional un conjunto de medidas económicas que pomposamente se anunciaron dirigidas a la recuperación del país, ha ocurrido exactamente lo que era de esperarse: hoy día, en Venezuela, no hay sueldo o salario que alcance para el necesario sustento de los venezolanos. Son sueldos de hambre que constituyen la más dramática demostración del desastre económico en que ha sumido al país el uso soberbio del poder. Esta imposición arbitraria de sueldos insuficientes contraría los derechos laborales garantizados en la Constitución Nacional y en los acuerdos internacionales firmados por la república, los cuales el gobierno se salta arbitrariamente en función de su intención de mantener en vigencia el sometimiento de la ciudadanía. El único resultado de estas medida es la profunda desvalorización del trabajo que la APUSB ha venido denunciando desde principios de año”, señaló hoy el presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar (APUSB), profesor William Anseume.

Agregó Anseume: “Como ha sido su costumbre por años, el gobierno impone supuestas convenciones colectivas que sólo discute con sindicatos apéndices y genuflexos que callan vergonzosamente frente al posterior desconocimiento que se le hace a esos mismos acuerdos. En ese clima de desasosiego, los trabajadores se ven permanente obligados a manifestar en procura de que se les restituyan lo más inmediatamente posible las condiciones de vida óptimas que les garantizan las leyes de la república. El asunto no es sólo de sueldos y salarios; es además el desmontaje de la protección social y el deterioro indetenible de todas las condiciones laborales que con sus luchas históricas habían conquistado los asalariados venezolanos. Es el desmontaje progresivo de nuestros Derechos fundamentales como ciudadanos. Práctica común: en autoritarismo los Derechos Humanos son permanentemente atropellados”.

Por su parte, el Secretario General de la APUSB, profesor Luis Buttó indicó: “En los últimos años, los universitarios venezolanos hemos visto con estupor la abrupta degradación de las condiciones laborales que otrora nos amparaban. Nuestros sueldos se evaporaron, al punto que los recibos de pago donde estos se reflejan podrían equipararse con la fotografía instantánea de un fantasma. En estas condiciones, por ejemplo, los 25 años de experiencia en docencia, investigación y extensión de un profesor con categoría titular, son subvalorados por el gobierno al retribuirlos con menos de dos salarios mínimos. Las inter-escalas que definen las diferencias de sueldos entre una y otra categoría del escalafón fueron achatadas de tal manera que ya no hay estímulo alguno para hacer carrera académica, es decir, para ascender, pues la diferencia de sueldos entre un grado y otro es ahora prácticamente inexistente. La consecuencia de esto es la disminución drástica del proceso creativo asociado con este avance en el crecimiento profesional. Se perdió todo aliciente en este sentido. No hay contraprestación económica razonable y equitativa al esfuerzo y dedicación que la producción de saber y ciencia implica. Los profesores universitarios no podemos alimentarnos a punta de simbolismos. Las carencias se han convertido en nuestro principal rasgo distintivo”.

Añadió Buttó: “Esta es la principal razón por la cual tantos y tantos profesores universitarios se lanzan a la diáspora. A ningún profesor que voluntariamente se haya expatriado se le puede acusar de haber desistido de su compromiso con el país. La realidad es que allende nuestras fronteras puedan obtener la remuneración que se merecen con base en sus méritos y credenciales y además encuentran condiciones idóneas para desarrollar su producción intelectual y/o incrementar la productividad de ésta. Ese clima necesario para su importantísimo trabajo es inexistente hoy en día en el país, dado el inconmensurable deterioro que las universidades venezolanas experimentan, el cual se refleja, entre otros indicadores, en laboratorios paralizados o funcionando a su mínima expresión; bibliotecas desactualizadas por carecer de fondos para adquirir nuevos ejemplares bibliográficos, incrementar las colecciones o mantener las suscripciones a revistas académicas; restricciones constantes en el acceso a la internet; etc. Los profesores universitarios no contamos ni siquiera con hojas para poder tomar exámenes. La causa de este cuadro no es otro sino la acción deliberada del gobierno que se niega olímpicamente a atender los requerimientos presupuestarios que al respecto le hacen las universidades nacionales cada año. Vamos a pasos agigantados a una paralización técnica, lo cual los universitarios rechazamos y denunciamos tajantemente. Nuestros problemas forman parte de la crisis educativa compleja de la educación venezolana, acordada en septiembre pasado por la Asamblea Nacional”.

Nota de prensa

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