La Guardia Nacional estadounidense ayudará a buscar restos de víctimas de incendio forestal más letal de California

La Guardia Nacional estadounidense ayudará a buscar restos de víctimas de incendio forestal más letal de California

Investigadores forenses buscan en una piscina comunitaria por víctimas del Camp Fire en Paradise, California, EEUU. 13 de noviembre de 2018. REUTERS/Noel Randewich

 

 

Las tropas de la Guardia Nacional estadounidense llegarían el miércoles para ayudar a buscar más víctimas entre las ruinas carbonizadas y cubiertas de cenizas de la ciudad de Paradise, en el norte de California, arrasada por el incendio forestal más letal y destructivo de la historia del estado.





Alrededor de 100 policías militares entrenados para buscar e identificar restos humanos, reforzarán los equipos de recuperación dirigidos por médicos forenses, perros rastreadores y antropólogos forenses que ya recorren la escena fantasmal de un incendio que ha causado la muerte de al menos 48 personas.

La búsqueda minuciosa se concentra en lo poco que queda de Paradise, un pueblo del condado de Butte, en California, unos 280 kilómetros al norte de San Francisco, que fue invadido por las llamas y fue calcinado en gran parte el jueves pasado.

El fuego letal, alimentado por un matorral espeso y desecado por la sequía y avivado por vientos feroces, culminó una catastrófica temporada de incendios forestales en California que los expertos atribuyen en gran parte a los períodos secos prolongados que, según dicen, son síntoma del cambio climático.

El incendio Camp Fire del condado de Butte coincidió con otra ráfaga de llamas en el sur de California, el incendio Woolsey, que provocó la muerte a dos personas, destruyó más de 400 estructuras y desplazó a unas 200.000 personas cerca de la costa de Malibú, al oeste de Los Ángeles.

Los orígenes de ambos incendios estaban bajo investigación. Sin embargo, dos empresas de servicios públicos, Southern California Edison y Pacific Gas & Electric, reportaron a los reguladores que tenían problemas con las líneas de transmisión o subestaciones en áreas cercanas al momento en que se informó que habían comenzado las llamas.

A última hora del martes, vientos disminuidos y niveles de humedad en aumento permitieron que los equipos de bomberos lograran trazar las líneas de contención alrededor de más de un tercio de ambos incendios, aliviando aún más la amenaza inmediata para la vida y las propiedades.

El secretario del Interior de Estados Unidos, Ryan Zinke, y el gobernador de California, Jerry Brown, tenían previsto visitar el miércoles las zonas que el presidente Donald Trump declaró como áreas de desastre, lo que hace que la asistencia de emergencia federal esté más disponible.


Difícil reconocimiento de víctimas

Aunque las perspectivas de extinguir las llamas mejoraron, las autoridades seguían con la tarea de contabilizar a los desaparecidos. El recuento de 48 víctimas fatales ya supera con creces el récord previo de la mayor pérdida de vidas en un solo incendio en la historia de California: 29 personas fallecieron por el incendio del Parque Griffith en Los Ángeles en 1933.

El alguacil de Butte, Kory Honea, dijo que en algunos casos las víctimas están quemadas más allá de la posibilidad de reconocimiento, e incluso del uso de huellas dactilares. En algunos casos se necesitarán registros dentales, pero “podrían no estar disponibles si la oficina del dentista se incendió”.

“Estamos encontrando restos en varios estados”, dijo a los periodistas. “La gente ha sufrido quemaduras graves. Supongo que algunas de ellas se han consumido”, agregó Honea, quien manifestó que era posible que algunos restos pudieran aparecer recién una vez que los residentes con casas intactas puedan regresar. Más de 50.000 permanecían bajo órdenes de evacuación.

Las llamas impulsadas por el viento rugieron a través de Paradise tan rápido que los residentes se vieron obligados a huir para salvar sus vidas con poca o ninguna advertencia. Se hallaron cuerpos de víctimas dentro y alrededor de los restos quemados de vehículos envueltos en la tormenta de fuego.

Hasta el martes a la noche, el incendio Camp Fire había consumido 52.600 hectáreas, mientras que el incendio de Woolsey ha quemado 39.000 hectáreas.

Por Terray Sylvester/Reuters

Bomberos y miembros de un equipo voluntario de búsqueda y rescate en una casa destruida por el Camp Fire en Paradise, California, EEUU. 13 de noviembre de 2018. REUTERS/Terray Sylvester
Un restaurante Jack In The Box destruido por el Camp Fire en Paradise, California, EEUU. 13 de noviembre de 2018. REUTERS/Terray Sylvester
Una voluntaria del Grupo de Desastres de Animales del Norte del Condado distribuye comida y agua para un gato callejero en un área destruida por el Camp Fire en Paradise, California, EEUU. 13 de noviembre de 2018. REUTERS/Terray Sylvester