Esta joven de 28 años que actualmente trabaja en una peluquería, contó su experiencia a Paula sobre cómo vivió el proceso para que su pareja de ese entonces, y padre de sus dos hijos, saliera del clóset, reseña Ahora Noticias.
Ambos se conocieron en el colegio a los 13 años y comenzaron a ser muy buenos amigos, hasta que entre tercero y cuarto medio, luego de altos y bajos, se pusieron a pololear. Sin embargo, ya en ese tiempo, y pese a que él se declaraba heterosexual, la pareja recibía constantes hostigamientos por parte de sus compañeros.
“Me daba mucha rabia que el resto pensara que era homosexual porque sus conductas no eran ‘heteronormadas'”, dice Paola.
Cuando ambos entraron a la universidad, ella decidió estudiar recursos humanos y Pablo, gracias al impulso de su polola, diseño en vestuario. “Él tenía mucho talento, y yo no iba a permitir que no se desarrollara en esa área por miedo a lo que pensaran los demás”, comenta.
Terminado ese año académico, Paola quedó embarazada y debido a reiteradas discusiones se distanciaron, “pero éramos tan amigos, tan cómplices, que nos volvimos a juntar”.
Posteriormente tuvieron un segundo hijo, él decidió dejar la empresa en la que estaba trabajando y comenzó a realizar labores de medio tiempo para estar más con su familia. Fue ahí cuando todo cambió.
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