La cifra total de fallecidos en los dos gigantescos incendios que queman California (EE.UU.) es ya de 51, después de que se haya encontrado hoy un nuevo cuerpo en el fuego del sur del estado, mientras que en el del norte sigue habiendo más de 100 personas desaparecidas.
La portavoz de la oficina del sheriff del condado de Los Ángeles, Nicole Nishida, informó del hallazgo de un cadáver calcinado en una vivienda del área de Agoura Hills, lo que incrementa a tres el número de muertos por el incendio bautizado como “Woolsey Fire”, que afecta, entre otras, las poblaciones surcalifornianas de Malibú y Calabasas.
En paralelo, el “Camp Fire”, que es el incendio más mortífero de la historia de California, continúa quemando el norte del estado, después de que ayer las autoridades notificasen el hallazgo de los restos de seis personas, que sitúan la cifra total de fallecidos en 48.
La oficina del sheriff del condado de Butte ha publicado en las últimas horas una lista con los nombres, edades y lugares de residencia de 103 desaparecidos, aunque la propia Policía remarcó que se trata de un listado “parcial” y que hay más gente sin localizar.
Las autoridades locales solicitaron el martes que 100 reservistas de la Guardia Nacional se trasladasen a la zona afectada para ayudar en las tareas de localización.
La mayoría de los desaparecidos residen en la población de Paradise, de 26.000 habitantes y que fue completamente engullida por las llamas.
El pueblo se encuentra en la falda de la Sierra Nevada estadounidense, en un clima seco y soleado que en el último medio siglo ha atraído a muchos jubilados, lo que ha hecho que la población se triplicase en 50 años.
La mayoría de la gente que aparece en la lista de desaparecidos tienen más de 60 años.
Además del más mortífero, el incendio es también el más destructivo registrado jamás en la historia del estado, al haber arrasado casi 9.000 estructuras: unos 7.700 hogares (en su mayoría en Paradise), 260 edificios comerciales y 859 “estructuras menores”.
Ambos fuegos siguieron avanzando la pasada madrugada, aunque a un ritmo menor al de días anteriores: El “Camp” ha quemado un total de 54.600 hectáreas, estando un 35 % controlado; y el de “Woolsey”, 39.500 hectáreas con un 47 % de contención.
Pese a que su origen sigue siendo desconocido y las autoridades mantienen abiertas sendas investigaciones, algunos de los afectados por la conflagración en el norte han presentado una demanda contra la mayor compañía proveedora de gas y electricidad del estado, Pacific Gas & Electric Co. (PG&E).
PG&E reveló la semana pasada a los reguladores que detectó un “problema” en una línea de alta tensión cercana al área donde se declaró el incendio solo unos minutos antes de que se iniciasen las llamas.
Por su parte, la Policía afirmó que ha llevado a cabo seis detenciones de presuntos ladrones que habían entrado en propiedades de zonas que se encuentran o se encontraban bajo órdenes de evacuación.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha aprobado la solicitud de California para declarar los incendios “desastre de especial gravedad”, lo que ofrecerá a los damnificados ayuda financiera del Gobierno federal para alojamiento, desempleo, gastos legales y tratamiento psicológico.
“Acabo de aprobar la solicitud de Desastre de Especial Gravedad para el estado de California. Quería responder rápido para aliviar un poco el increíble sufrimiento. Estoy con ustedes. Dios bendiga a todas las víctimas y familias afectadas”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.
Trump ha desatado la polémica al culpar a las autoridades californianas de una “absoluta mala gestión” por los incendios y amenazar con cancelar futuras ayudas federales.
Hasta ahora, el incendio más letal que jamás se había registrado en California fue el de Griffith Park en Los Ángeles en 1933, cuando murieron 29 personas.
EFE