El Tribunal de Bari (sur de Italia) envió hoy a juicio al tres veces presidente del Gobierno italiano y empresario Silvio Berlusconi bajo la acusación de haber pagado a un testigo para que no revelase los detalles sobre cómo conseguía a las chicas para sus fiestas.
El juicio, cuya investigación comenzó en 2009, comenzará el 4 de febrero del próximo año, según los medios italianos.
Los fiscales Pasquale Drago y Eugenia Pontassuglia sostienen que Berlusconi, que en la época de los hechos era presidente del Gobierno, pagó al empresario de Bari Gianpaolo Tarantini abogados y cientos de miles de euros para que mintiese a la Fiscalía que llevaba el caso de pago a prostitutas para las famosas fiestas que el mandatario daba en sus residencias.
Por otra parte, declararon la incompetencia territorial para juzgar al otro acusado del caso, Valter Lavitola, editor del periódico “L’Avanti” y colaborador de Berlusconi, y lo trasmitieron al Tribunal de Nápoles.
El escándalo de las fiestas con prostitutas celebradas en las residencias de Berlusconi en Roma y Cerdeña salió a la luz en 2009 y la Fiscalía de Bari inició una investigación por supuesta inducción a la prostitución.
Entonces se señaló a Tarantini como la persona encargada de reclutar a las jóvenes que asistían a las fiestas, entre ellas la prostituta de lujo Patrizia D’Addario.
Por esta investigación fueron detenidos y después puestos en libertad Tarantini y su esposa, así como Lavitola.
Berlusconi siempre mantuvo que ese dinero era una ayuda a una familia en apuros, mientras que Tarantini aseguró que pidió 500.000 euros a “Il Cavaliere” para iniciar un negocio, mientras que la renta mensual que éste le facilitaba era para satisfacer sus “necesidades de vida”.
Por este caso, Tarantini ya había sido condenado en 2015 junto a otras tres personas por el delito de incitación a la prostitución con el objetivo de halagar a Berlusconi y de ganar lucrativos contratos públicos.
Berlusconi tiene también pendiente el proceso que se abrirá el próximo 23 de noviembre por corrupción de testigos y falso testimonio en uno de los procesos abiertos por el “caso Ruby”.
Según la acusación, el líder de Forza Italia pagó hasta 157.000 euros al cantante napolitano Mariano Apicella, que participaba en sus fiestas, para que cambiase su versión en el proceso “Ruby”, apodo de la joven marroquí Karima el Mahroug, con quien el político mantuvo relaciones sexuales cuando ella era menor de edad.
En este proceso por prostitución infantil y abuso de poder, Berlusconi fue finalmente absuelto al afirmarse que desconocía la edad de la joven.
EFE