Miguel Siso solo soltó el cuatro para agarrar su Grammy

Miguel Siso solo soltó el cuatro para agarrar su Grammy

Miguel Siso recibe el premio al Mejor Álbum Instrumental en la Ceremonia de Premiere durante la 19a Entrega Anual del Latin GRAMMY Awards en el MGM Grand Hotel & amp; Casino el 15 de noviembre de 2018 en Las Vegas, Nevada. Imágenes de Rich Polk / Getty para LARAS / AFP

 

 

Era usual verlo en los salones del Conservatorio de Educación Musical Integral (CEMI), de San Félix, con el cuatro a cuestas. Era usual verlo caminar hacia la UCAB Guayana, en Puerto Ordaz, para impartir cátedra con el cuatro a cuestas. Era usual verlo entrar a y salir de su casa en Los Mangos con el cuatro a cuestas. Era usual verlo ganar festivales de música (como La siembra del cuatro, en su edición de 2007), cómo no, con el cuatro a cuestas, publica Correo del Caroní.

Por Marcos Valverde Valverde
@MarcosDavidV

Pero ayer en la noche de Las Vegas (Nevada, Estados Unidos), Miguel Siso no estaba con el cuatro a cuestas porque lo soltó nomás unas horas: las horas que duró la ceremonia de los premios Grammy Latino de 2018. La misma ceremonia en la que fue anunciado ganador en la categoría Mejor álbum instrumental por su disco Identidad.

Subió Miguel a la tarima con la modestia (nunca falsa) de siempre y con los mismos pasos con los que recorría San Félix y Puerto Ordaz para que el peso del gramófono dorado le cayera sobre la palma de las manos y los dedos: los dedos con los que creó la música que lo convirtió en una de las buenas noticias (una frase extraña, inusual y ajena de los últimos años de estas latitudes) de anoche.

Compitió con Yamandu Costa, con Airto Moreira, con Hermeto Pascoal & Grupo y con Hamilton De Holanda Trio. Empatucando el español, el presentador solo dijo: “El Grammy es para Miguel Siso”. Y desde entonces su trascendencia es mayor.

Tomó el premio y lo ofrendó a Venezuela, “mi amado país que está pasando por una crisis muy fuerte. A él le dedico este disco, le dedico este Grammy. La música venezolana y el cuatro venezolano están presentes, más que nunca”.

Lo están, claro. Lo están por quienes a punta de gastar cuerdas y de sudar y sudar sobre la madera de su instrumento, sigue dando forma y fondo a aquello del amor al arte. Y lo están por aquellos que han sembrado el cuatro con un sentido de universalidad.

 

 

Eso hace Miguel Siso sin boconerías. Da igual si es en uno de los salones del CEMI o en el MGM Grand Garden Arena. Lo de él es la música sin encasillamientos ni chovinismos. Por eso ganó el Grammy.

Este escrito pudo ser aséptico y desprovisto de emocionalidades. Pero no quiso. Porque Miguel Siso, ese guayanés que vimos formarse rasgando las cuerdas del cuatro con una terquedad pertinaz, es, de pronto, alegría para un país desgastado en las noticias escabrosas y que solo tiene un respiro cuando entre las novedades aparece gente como él.

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