«Cuando los gobiernos temen a la gente, hay libertad.
Cuando la gente teme al gobierno, hay tiranía»
Thomas Jefferson
El socialismo del siglo XXI, como cualquier sistema totalitarista, está fundamentado en un liderazgo opresor, en un director de inconsciencia, lúcido y perverso, quien dueño de sus técnicas, gobierna un país sonámbulo. Para el totalitarista, ser líder es el medio para convertirse en amo. El oprimido que lo sostiene es por lo tanto una especie de durmiente con los ojos abiertos y la mente cerrada, actor dócil e inconsciente de su propia tragedia, artesano involuntario de los instrumentos de su tormento de vivir. El rebelde se convierte por ello en dueño de la verdad, omnipotente por sabio y libre por conocer sus cadenas. Omnipotencia del saber, inconsciencia de la creencia, perversidad del amo.
Como el látigo implacable del domador sobre las bestias salvajes, cae con ferocidad, el peso de la injusticia (revolucionaria) sobre todos los venezolanos, y en especial, sobre los pobres. Reducidos a la servidumbre, padecen las calamidades de un “gobierno” que debería servirles, pero que, despojándolos de su condición de ciudadanos, los ha degradado al infame rango de pordioseros vestidos de ignominia, flagelados en lo más profundo de su dignidad.
Mientras las “autoridades” venezolanas, con saña y morbo genuino se dedican a perseguir a humildes a venezolanos comunes (simpatizantes del chavismo incluidos), acusándolos de los “delitos” más inverosímiles como lo son comprar o vender unos pocos kilos de harina, cemento, caraotas o carne de res, LAS AUTORIDADES ESTADOUNIDENSES, si, las autoridades estadounidenses “nuestros enemigos imperialistas”, se han tomado la tarea de perseguir, detener, juzgar a algunos venezolanos ,que deben figurar entre los delincuentes más prolíficos que el mundo ha conocido, funcionarios o ex funcionarios revolucionarios cuyas fortunas robadas a la nación, ascienden a montos que, comparado con ellos, en términos monetarios, hombres como Donald Trump parece un rico de poca monta.
¿Dónde estaba la “Operación manos de papel” mientras el FBI detenía en Miami a Alejandro Andrade, ex presidente de la Oficina Nacional del Tesoro venezolano, condenado en EUA a 10 años de cárcel por el robo de más de 1000 millones de dólares a los venezolanos, hecho por el cual también está imputado el actual dueño de un canal de televisión en Venezuela? Sin duda alguna estaban muy ocupados persiguiendo a venezolanos comunes por el “abominable delito” de comprar o vender 100 dólares de su propiedad legítima cuya transferencia en Bs. deben haberla hecha por Banesco Online y según “el gobierno” venezolano, están entre de los principales culpables de la hiperinflación, la guerra económica y toda la sarta de sandeces que nos dicen a diario, usando el principio Goebbeliano de repetir una mentira mil veces hasta convertirla en una verdad.
¿Qué decir sobre la muy grave y reciente denuncia, que recae sobre el ex presidente del BCV , Nelsón Merentes, donde se le acusa de haber transferido la suma de 100 mil millones de dólares (más de 10 veces las reservas internacionales de Venezuela en la actualidad) a una empresa española dedicada a la publicidad, y cuyos activos apenas sobre pasan los 3000 euros?
¿Qué hay sobre Claudia Patricia Díaz Guillén, una de las enfermeras que trató al ex presidente de Venezuela, Hugo Chávez antes de su fallecimiento, y a la que éste eligió como responsable del Tesoro y de la Secretaría del Fondo de Desarrollo (Fonden), detenida hace algún tiempo en España, por estar involucrada en la realización de turbias operaciones inmobiliarias y la venta irregular de bonos venezolanos que junto a su esposo, le permitieron amasar una fortuna?
Mientras los venezolanos padecen humillaciones, maltrato, persecución y amenazas constantes por parte del “gobierno” que debería garantizar sus derechos, mientras milloneses de venezolanos huyen del hambre y la miseria, en el éxodo más grande que esta parte del continente haya conocido, otros mueren por falta de medicinas, otros comen de los contenedores de basura, vemos al presidente “obrero” cenando en un restaurante de lujo en Turquía o las redes sociales nos muestran a familiares de funcionarios o ex funcionarios del “alto” gobierno disfrutando de las bondades de la vida en ciudades como Madrid, Roma, Sídney, Paris o Miami.
Mientras el líder demagogo, inescrupuloso y ruin, ante las masas que con el verbo acaricia y con las acciones somete, sin reparo alguno declara “Todo el poder para el pueblo. La voz del pueblo soy yo”, esparce la esencia del la perversión totalitarista, a saber, que si los hombres son dominados, esto se debe a que están manipulados y, la herramienta de esta manipulación se llama “ideología”, veneno imperceptible que cae gota a gota en el corazón de los faltos de voluntad, lo que les impide reconocer la realidad de su opresión; pero Venezuela comienza a despertar.
Los venezolanos, lenta y dolorosamente comenzamos a unirnos más allá de las banderas partidistas, hemos entendido que, aunque la libertad es un derecho, nuestros opresores no van a ceder fácilmente, por lo que hay ocasiones en la vida, en las que debemos arrebatar lo que nos pertenece. Las fronteras entre “rojos” y “azules” cada vez son más débiles, se van transformando en un solo grito de libertad, ciudadanos que miran juntos hacía un futuro de prosperidad, una nación basada en el derecho a la vida, la libertad, la propiedad legítima y la igualdad de todos ante la ley . Repudio eterno a los tiranos y las tiranías.