José Javier Díaz Magallanes, un venezolano que emigró a Costa Rica, inició este martes una huelga de hambre absoluta frente a la sede de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el país centroamericano, para exigir a los organismos internacionales que ejerzan presión ante el gobierno de Venezuela por la defensa de los derechos humanos.
Por Basyl Macías / El Carabobeño
Este hombre guariqueño de cincuenta años, desde el 2017 cruzó caminando las fronteras entre Colombia y Panamá, para llegar a la sede de la CIDH en Costa Rica, donde ayer decidió dejar de ingerir alimentos. Si su reclamo no surte efecto, anunció que se coserá la boca.
Su trágica historia comenzó el 27 de enero de 1992, cuando recluido en la cárcel de Ciudad Bolívar por delitos menores recibió un tiro por parte de un funcionario de la Dirección de Prisiones adscrito al Ministerio de Justicia. A este funcionario se le abrió un proceso judicial que no trascendió, ya que continuó ejerciendo labores como si nada hubiese pasado.
Como consecuencia del disparo de perdigones en la cara, Díaz Magallanes perdió la oreja derecha, sufrió desviación de la mandíbula, cefalea, pérdida transitoria de la memoria, desfiguración del rostro y desgaste en la mayoría de sus piezas dentales, según informe médico elaborado a raíz del suceso.
25 años esperando justicia
Veinticinco años después, José Javier Díaz Magallanes inició su travesía desde Ciudad Bolívar. Caminó hasta la frontera entre Colombia y Panamá. Allí le dijeron que no podía entrar sin los 500 dólares que exigen a los extranjeros. Se fue caminando a la Embajada de Panamá en Bogotá.
Tras avanzar unos 3 mil 200 kilómetros decidió llegar ilegalmente a Panamá, pero fue sorprendido por las autoridades de Senafront Panamá y lo devolvieron a Colombia. En Capurganá, por ser un sitio turístico se quedó un tiempo para tratar de reunir la suma requerida, según relató.
José Díaz logró llegar a Costa Rica en condición de solicitante de refugio internacional. Haber sido víctima de violación de sus derechos humanos le otorgó esta condición.
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