Culmina el segundo período de sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional, siendo necesario un balance de los aciertos y errores en los que ha incurrido. La Fracción Parlamentaria del 16 de Julio, en los próximos días, según su costumbre, dará a conocer el juicio que le merece todo un año de contradicciones.
Por lo pronto, llama la atención que la sesión de cierre ratificó la vocación no deliberativa de los partidos que dominan la instancia. A los cinco puntos previstos el día anterior, fueron agregados tres, admitiendo un solo orador para cada uno de ellos.
Preparada nuestra Fracción para intervenir en varias materias, no fue posible. Teníamos mucho que decir con motivo del 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la farsa electoral, como en el debate sobre la violación de los derechos humanos en las instituciones militares, pues, así textualmente apareció en el Orden del Día: Debate.
Se dijo de un acuerdo entre las distintas fracciones, excluyendo a la F16-J, por supuesto, a objeto de ahorrar tiempo, aunque hubo un punto de información que, en lugar de los tres minutos reglamentarios, se extendió a diez, por ejemplo. No sabemos de dónde sacan la idea de un parlamento que realmente no parlamente y supongan que la oportunidad de hablar en la plenaria es proporcional al número de curules que una fracción ocupe, aplicando, caprichosamente, el método D’Hont: esto, evidentemente, violenta el Reglamento Interior y de Debates, así como la más elemental noción de tan importante órgano del Poder Público.
Frecuente, era inútil que de nuevo protestásemos la irregular situación, propia del parlamento anómico, legado del modelo “chavista” del presente siglo, pues, faltando poco, denunciamos que la Comisión de Investigación del Caso Andrade – Gorrín, luego de tres semanas, ni siquiera se ha instalado. Y nuestro representante en ella, el diputado Juan Pablo García, así lo expresó ante la opinión pública, ofreciendo todo plan de trabajo y una estrategia de investigación en la materia: seguimos andando al andar, así de sencillo.