“La democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos.”
Enrique Múgica Herzog
Entramos ya en el año 2019, 365 días más para seguir trabajando en la búsqueda de transformaciones políticas, sociales y económicas que saquen a Venezuela de esta especie de escenario propio de la pluma de Dante en la que la tiene confinada el “socialismo del siglo XXI.
Como cada 5 de enero, la Asamblea Nacional, institución que lleva el peso de tener la mayor legitimidad democrática otorgada por la voluntad popular dará inicio al un nuevo periodo legislativo y elegirá la nueva junta directiva que regirá su gestión durante este año que aún comienza.
La eleccion de la actual Asamblea Nacional fue una muestra contundente de hartazgo del pueblo de este país hacia el gobierno revolucionario y su modelo que la ha llevado por el camino del hambre, la miseria, la frustración y el fracaso, con una avasallante paliza electoral por parte de los sectores que aglutinaron el descontento del pueblo a la dominación oficialista.
La dura derrota fue un “gancho al hígado” para el gobierno que de tal forma lo acusó e inmediatamente comenzó un despiadado ataque contra el parlamento nacional y sus integrantes.
La Asamblea Nacional fue despojada de su presupuesto de funcionamiento; sus Diputados no cobran sus sueldos ni sus dietas que les corresponden por ley desde hace tres años. Sus empleados y obreros trabajan en condiciones pauperrimas, sin agua, ni papel para trabajar ni hablar de papel toilet. Allí no hay tinta ni tonner, el servicio de internet es más el tiempo que está inoperante que el que funciona. Ha sido el parlamento víctima de cortes discrecionales de agua y de luz, de asedios donde diputados y trabajadores han resultado agredidos y heridos, hay diputados privados de libertad y muchos otros en el exilio y a sus trabajadores se les han vulnerado continua y reiteradamente sus derechos laborales; se les deben pasivos y la caja de ahorros esta literalmente secuestrada, la póliza de HCM es un chiste de mal gusto y los servicios funerarios dejaron de existir. Aún así allí está la Asamblea como el único organismo de esta nación que tiene legitimidad democrática ante los ojos de la gran mayoría de los países del mundo.
Pero los ataques no han venido solo del gobierno, sino de sectores que se hacen llamar opositores, algunos desde el exterior y otros pocos desde Venezuela inclusive desde su mismo seno; jugando al desprestigio, al ataque desmedido, abrogándose soluciones inmediatistas y etéreas, (soluciones que ellos no pueden poner en práctica) tratando de crear matrices de opinión adversas hacia la Asamblea y los factores que allí hacen vida, tildandolos de “vendidos y colaboraciones tas” quien sabe con que aviesos y retorcidos intereses.
¿Se han cometido errores? Por supuesto, grandes errores, y es que la Asamblea Nacional es un órgano colegiado de seres humanos que por su misma condición no están exentos de equivocarse. Pero también ha habido aciertos. Si no fuese así, no estarían allí sus Diputados dando la lucha, simplemente el gobierno estaría bailando una perversa danza sobre sus cenizas.
En la casa de las leyes, este 5 de enero comienza un nuevo periodo de lucha por la democracia en este país, y así como los que elegimos a esos parlamentarios tenemos el derecho a exigirles sacrificio, lucha, trabajo duro, coherencia, compromiso, transparencia y honestidad, también tenemos el deber de apoyar a quienes elegimos para que nos representarán y allí se mantienen librando una batalla titánica y desigual contra los dueños del poder casi absoluto.
Esta inmensa coyuntura en la que estamos inmersos es de todos, políticos y no políticos. Asumamos cada uno nuestro rol en esta lucha. Mi voto de confianza vuelve a ser por la democracia y por quienes la representan ¿Y el tuyo?.
José Manuel Rodríguez
Analista / Consultor Político
@ingjosemanuel
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