Un momento sumamente bochornoso se vivió este miércoles en la Corte de Brooklyn donde se está llevando a cabo el juicio en contra de Joaquín Guzmán Loera, conocido mundialmente como El Chapo.
Ahí el capo mexicano y su esposa, Emma Coronel tuvieron que sentarse cara a cara a escuchar uno a uno los mensajes de texto íntimos que él le mandó a ella y a su amante y que se filtraron porque él las espiaba a todas. Por si eso fuera poco, se reveló que El Chapo tenía una tercera amante y que incluso le pagó una cirugía plástica.
De acuerdo con el diario New York Post Coronel se tuvo que sentar con cara de piedra y frente a su marido a escuchar los aproximadamente 100 mensajes de texto que intercambió con la madre de sus hijas y con sus amantes, Agustina Cabanillas Acosta -a quien apodaban “La Fiera”- y Lucero Sánchez López, identificada como “M” en sus mensajes.