“El gobierno peor es el que ejerce la tiranía en nombre de las leyes”
Montesquieu
Todo tiene un principio y un final. Como dice un conocido tema musical salsero ” nada es eterno en la vida”.
Eso estamos esperando ansiosamente todos los venezolanos, que esta pesadilla que estamos viviendo llegue a su final y eso es literalmente la mayoría, porque hasta para los que aplauden la feria de la lenteja y el bochinche de los bonos, esto también se tornó en inaguantable.
Nuestro país se convirtió en territorio hostil para los ciudadanos. Solo hay unos pocos que capean con cierta holgura está locura en la que se ha convertido el día a día en Venezuela.
Servicios inexistentes,escasez de alimentos; de medicinas, de materia prima para producir, de orden, y valores; hospitales destruiduidos, escuelas abandonadas, hiperinflación, falta de gas y gasolina, transporte público colapsado y una anarquía social total y absoluta; evidencian la falta absoluta de un gobierno que gobierne. Quienes detentan el poder desde hace 20 años, solo son tenedores de un precario control político por la vía de una institucionalidad de facto y de una dudosa legitimidad. Se les fue el país de las manos.
No muestran los señores del gobierno la menor voluntad política por rectificar sus políticas económicas y sociales fracasadas, peor aún insisten en aplicar y profundizar las medidas erradas y espasmodicas que nos han traído hasta el borde del precipicio y que hundieron al país en el hambre y la miseria más absoluta.
El desempeño del gobierno es nulo, solo está concentrada su gestión en la dominación bajo la coacción, el miedo y la presión. Con recursos cada vez más menguados producto de la devastación y destrucción de la industria petrolera, mete descaradamente la mano en los bolsillos de cada uno de nosotros con una voracidad fiscal nunca vista.
En Venezuela desde hace mucho tiempo no se produce nada, el Gobierno parace ser enemigo de todo lo que huela a producción y a progreso. El principal producto de exportación de nuestro país dejo de ser el petróleo, dandole lugar a los seres humanos, que huyen despavoridos de la grave crisis que nos acosa inclemente.
Mueren niños por falta de medicamentos, por no funcionar las UCIS de los hospitales, de inanición o de enfermedades que fueron erradicadas hace más de 50 años y hoy reacometen con fuerza anodina atancando a los más vulnerables. A esto no se le puede llamar más que un ejercicio de atraso sin precedentes.
2014, 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019 han sido todos el año de la recuperación económica, del encendido de motores, de vencer la “guerra económica” y demás promesas que como eso quedaron y lo único cierto es que cada uno de esos años ha sido peor que el anterior.
Como reza el dicho popular, “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista” y los males del pueblo venezolano ya se han prolongado bastante el tiempo, y las caras que se ven y esos comentarios a media voz que se oyen en las colas, en el desvencijado metro de Caracas y en cada plaza y calle de nuestra patria presagian que la gente ya quiere que lleguemos al llegadero.
José Manuel Rodríguez
Analista / Consultor Político
@ingjosemanuel